sábado, 4 de noviembre de 2017

El síndrome de Irán


- La Historia Jamás Contada -

Hace dos semanas vi por fin la película PERSÉPOLIS de Marjane Satrapi y Vincent Paronnaud, que en dibujos animados y a manera de comic, relata las peripecias de una mujer iraní, la propia Marjane, en un país en vías de modernización –lo que fuera eso- que, tras una revuelta generalizada contra la dictadura del Sha Reza Pahlevi, pasó a ser una clericracia, donde la ocupación primordial de la nueva clase gobernante es… ¡velar por la pureza moral de los habitantes!, con las consecuencias adversas y hasta catastróficas –en el caso de las mujeres- que esto acarreó para el desarrollo pleno de los individuos, especialmente en el ámbito de su libertad personal.

Un final como de cuento de LAS MIL Y UNA NOCHES –aunque no feliz como en la ficción- precisamente en su tierra de origen, la antigua y refinada Persia, pero que al historiador y, sobre todo, al filósofo de la Historia, le plantea graves interrogantes, pues no se trata de una curiosidad etnográfica, sólo posible por la idiosincrasia local o regional, sino de una tendencia observable también en otros lugares, entre ellos nuestro propio País, pues ¿qué otra cosa son los “valores” panistas –ahora “prianistas”- con los que todavía en estos días se pretende resolver la problemática social acumulada en siglos de Historia? (Por cierto que la película, con todos sus episodios de humor, es un amargo drama, pero muy recomendable por más de un motivo.)

Regresando al análisis, tenemos que la incapacidad de entender, ya sea de los civiles inconformes o los gobernantes, la mecánica histórica de sus propias sociedades, los lleva a recurrir a fuentes “mágicas” que les indiquen puntualmente qué hacer en situaciones real o aparentemente desesperadas.

 Desde los oráculos griegos a los consejeros “espirituales” –sacerdotes, brujos, metafísicos y similares- de hoy en día, tanto funcionarios como disidentes atrapados en una encrucijada de la Historia, son proclives a dejarse llevar con fe ciega de la mano –santa, pues estamos en el terreno de la religión- de cualquiera que se ofrezca a sacarlos del apuro, sin percibir las consecuencias POLÍTICAS de ese favoritismo fanático hacia tales “asesores”, cuyo resultado inevitable es tensar el ya de por sí inestable equilibrio de fuerzas (sociales) que, en cualquier momento, puede romperse y resolverse en esa dirección, entregando inesperadamente el poder formal y con éste el control de la sociedad al sujeto –o Iglesia, Orden o secta de la que forme parte- que los aconseja o asesora “por encima de lo humano”, afirmando obedecer a un Poder superior.

Por eso siempre será mejor tanto para gobernantes como antigobiernistas, realizar su propio análisis racional y objetivo de la situación, por limitado que sea en cuanto a su alcance o soluciones que aporte, que aceptar y someterse sin más al saber “universal y eterno” de cualquier iluminado porque, como lo ilustró en su momento el a su vez ilustrado Francisco de Goya: "EL SUEÑO DE LA RAZÓN PRODUCE MONSTRUOS".

(Publicado originalmente en Sabersinfin el 6 de mayo de 2014)

Fernando Acosta Reyes (@ferstarey) es fundador de la Sociedad Investigadora de lo Extraño (SIDLE), músico profesional y estudioso de los comportamientos sociales.

Imagen: i.ytimg.com