miércoles, 11 de octubre de 2017

La leyenda de San Vito


Leamos y bailemos. Estas dos diversiones no harán nunca daño al mundo
Voltaire

Cuando una persona se muestra nerviosa e inquieta, se dice que parece que tiene el baile de San Vito. El origen de esta expresión está en la petición que se hacía en la Edad Media a San Vito para que él pudiera intervenir en contra de una grave afección nerviosa que recibió el nombre de este mártir, enfermedad que es caracterizada por movimientos involuntarios y sin propósito aparente.


En la actualidad se sabe que corea (la palabra corea proviene del griego khoreia con el significado de baile) o chorea sancti viti- mal o baile de San Vito-, es un término usado para un grupo de trastornos neurológicos denominados disquinesia, caracterizados por movimientos involuntarios anormales de los pies y manos, vagamente comparables a bailar o tocar el piano. Se presenta por contracciones irregulares que no son repetitivas ni rítmicas, pero parecen fluir de un músculo al siguiente.

Según la leyenda, San Vito fue un mártir siciliano del siglo IV. Tuvo como mentores a los cristianos Crescencia, su nodriza, y a su tutor Modesto, que lo bautizaron a escondidas de su padre ya que éste era pagano (el que adora a dioses que, desde la perspectiva del cristianismo, judaísmo e islam, se consideran falsos). La leyenda cuenta que Vito apenas tenía siete años cuando murió mártir en el año 303, debido a que el emperador Diocleciano decidió sacrificarlo por haber curado a su propio hijo de unos horribles ataques epilépticos que padecía desde niño.

La iconografía representa al santo con una caldera al hombro, aludiendo a la muerte en aceite hirviendo que Diocleciano le había dispuesto. Pero cuando todos esperaban verle morir quemado, lo que vieron fue que el santo se levantó la sotana y empezó a bailar, lo que contagió a toda la corte imperial empezando por el emperador. Se señala que fueron las terribles convulsiones que sufrió San Vito en su martirio las que asociaron al mártir después con la enfermedad convulsiva.

Con el baile de San Vito pasó a la historia un extraño fenómeno ocurrido en Estraburgo, el 5 de julio de 1518, hoy hace 497 años, una mujer conocida como Frau Troffea comenzó a bailar sin parar en una calle de esta ciudad francesa y así continuó sin descanso entre cuatro y seis días, en un mes, más de 400 personas entre hombres, mujeres y niños se habían unido a ella y estaban bailando. La mayoría de danzantes murió como consecuencia de infartos, ataques cerebrovasculares y agotamiento. La enfermedad se prolongó hasta principios de septiembre, y desapareció de manera tan misteriosa como había surgido.

No era el primer brote compulsivo de baile en Europa. El primero había tenido lugar en la Nochebuena de 1021 en la ciudad de Kolbigk (Alemania) y hay noticias de otros brotes, aunque el de 1518 es el mejor documentado de esta extraña epidemia que se conoció durante siglos como “el baile de San Vito” o el “baile de la peste”.

El médico y alquimista Paracelso (1493-1541) da una explicación del origen de esta epidemia de 1518: “Existía en cierta ocasión una mujer llamada Trofea (Die Frau Troffea) de tan singular carácter, tal orgullo y tan empecinada obstinación en contra de su marido que cada vez que éste le ordenaba cualquier cosa o la importunaba de cualquier manera comenzaba a bailar, achacando que estaba impelida de una fuerza sobrenatural. Gestos y actitudes, saltos, gritos, contorsiones y cantinelas asustaban al marido, que inmediatamente la dejaba en paz. Y como tal estratagema no fallaba nunca, fue adoptada por otras mujeres, siempre con el mismo éxito. Entonces el fervor popular achacó tan estupendos resultados a San Vito, pero parece que un día el Santo se enfadó y todas acabaron bailando a la fuerza”.

El investigador John Waller, estudió este brote de histeria colectiva y concluyó que los bailarines entraron en un estado de trance por una angustia psicológica extrema causada por el hambre, la enfermedad y las supersticiones, miedos y creencias que rodeaban a los más pobres de la sociedad de aquel entonces. El historiador afirmó que un corredor de una maratón no podría haber resistido el intenso trabajo físico que mató a hombres y mujeres siglos atrás. Se la considera la epidemia más rara de la Historia humana, aunque se supone que se trató de un caso de histeria colectiva.

Un tema muy extraño, no lo cree así amable lector.



Jorge Rodríguez y Morgado (jarymorgado@yahoo.com.mx) es catedrático universitario, conduce: ConoSer Bien en Sabersinfin.com.