jueves, 12 de octubre de 2017

La Odontologìa En El Mundo Islámico. (Parte Uno).


Las características de la política, cultura y sabiduría mundiales iniciaron un profundo cambio, cuando las turbulentas tribus de beduinos, unidas en un sólido cuerpo de ejército bajo el mando del califa Omar, sucesor, a la cabeza del Islam, del profeta Mahoma, salieron de la penìsula arábiga hacia el año 635. Hacia el final del siglo VII todo oriente, norte de África y casi toda España estaban bajo su influencia. Durante los primeros años de conquista y conversión, los fanáticos y fatalistas califas omeyas, cuya corte estaba en Damasco, ignoraron las cuestiones referentes al pensamiento, pero hacia mediados del siglo VIII los gobernantes abasíes, establecidos en Bagdad se habían aficionado al conocimiento, floreciendo en este califato del este la ciencia y la medicina.


En el año 756 Abderraman, descendiente de la dinastía omeya que había escapado de la masacre de su familia y había conseguido huir a España, fundo el califato de occidente, estableciendo su corte en Córdoba. Hacia el siglo X, esta ciudad, contaba con 70 bibliotecas, 900 baños públicos, 50 hospitales, y una destacadísima universidad, se consideraba como la más civilizada de Europa. Los escritores de este periodo, como los arábigos, la mayoría de estos nacidos en Persia o España y muchos de ellos judíos. Una de sus contribuciones más provechosas fue traducir al hebreo o árabe los trabajos de autores clásicos como Aristóteles, Galeno o Plinio. Las primeras escuelas médicas de Salerno en Italia y Montpellier en Francia se apoyaron en textos que habían sido traducidos de nuevo del árabe y hebreo a un rudimentario latín, De hecho la traducción de varias obras del griego al árabe por parte de los califas árabes, fue una de sus actividades más importantes, ya que de no haberlas realizado muchos de estos textos se habrían perdido en el olvido.

En contraparte con los omeyas, que tenían una concepción fuertemente insular se encontraba el gran califa abassi Harun Al Rashid. Movido por su pasión por los conocimientos extranjeros, Harun animo a los estudiosos a llevar a cabo traducciones al griego, latín, persa, asirio e indio árabe. En el año 791 escribió a todos los gobernantes de sus provincias, ordenándoles que estimulasen el estudio, organizaran exámenes estatales, y ofrecieran soporte económico a los estudiantes que sobresalieran. Encargo a un cristiano sirio, Yuhanna Inb Masawayh que tradujera al árabe antiguos textos médicos. Otro cèlebre recopilador fue Hunain Inb Ishaq, que tradujo al árabe, del griego original, los textos de Galeno, Oribasio, Pablo de Egina, Dioscórides, Hipócrates, Platón, Aristóteles y Arquímedes, además del antiguo testamento.

A pesar de que el conjunto de la literatura islámica dedica a la salud y curación es bastante extenso, no contiene trabajos que traten exclusivamente de odontología. La mayor parte de los tratados recogen los trabajos anteriores añadiendo en algunos lugares observaciones basadas en experiencias y prácticas contemporáneas. Uno de los más antiguos es “Firdaus al-bikma (Paraíso de la sabiduría)”, escrito por Ali Ibn Sahl Rabban hacia el año 850, que trata brevemente de odontología, ofreciendo una explicación sobre el origen de los dientes, tratamiento del aliento fétido y algunos dentífricos. Ya en el siglo X encontramos algunos escritos sobre estomatología, producidos por los cuatro sabios de la medicina islámica.

Bibliografía:
El Mundo Islámico, pagina 65. Historia de la Odontología Ilustrada, Malvin E. Ring. Mosby/Doyma libros.