BOGOTÁ D. C., 14 de noviembre de 2019 — Agencia de Noticias UN-
Así lo advierte el astrofísico Santiago Vargas Domínguez, profesor de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) y asesor de varias tesis de maestría sobre la Enseñanza de las Ciencias Exactas y Naturales de estudiantes de la UNAL, como Álvaro Baquero Soler, quien hizo una propuesta didáctica para la enseñanza de la Astronomía en el Colegio Distrital Fernando González Ochoa del barrio Chicó Sur, de la localidad de Usme.
Veintiún estudiantes entre 9 y 12 años, del grado quinto de la institución, habitantes del sector circundante a la ubicación del colegio y pertenecientes a estratos 0, 1 y 2, se acercaron a la astronomía a través de talleres prácticos, actividades exploratorias y construcción de artefactos como un reloj solar, para ver la hora aproximada al observar la sombra que proyecta el puntero, simuladores virtuales de acceso libre como el software Stellarium y aplicaciones móviles como Sky Maps y Sky Safary.
Para el profesor Vargas, la astronomía ha sido una de las ciencias que más ha despertado curiosidad y generado multitud de interrogantes sobre el universo y nuestro lugar en él. Gracias a ella la forma de vida y cultura de los seres humanos ha cambiado y se ha podido medir el tiempo, organizar y estructurar los periodos del año, y desarrollar una sociedad con tecnología satelital para comunicarnos y para muchas otras actividades que hoy son parte de la cotidianidad; incluso para explorar y entender nuestro planeta.
Asignatura básica
Con respecto a la enseñanza de la astronomía en Colombia, resalta que si bien en algunos currículos se incluye en los cursos de ciencias naturales, en los cuales se ocupan de algunos temas básicos relacionados con el universo, especialmente el sistema solar, y algunas primeras nociones sobre la posición de la Tierra y sus implicaciones, no se ve como asignatura básica.
No obstante, en otros países de Latinoamérica la astronomía se incluye como asignatura formal en el currículo de educación primaria y secundaria. Uno de ellos es Uruguay, donde la astronomía está presente y se enseña a estudiantes de los 3 a los 11 años.
“La astronomía tiene una importante conexión con la historia y con otras disciplinas como la arqueología, en la llamada arqueoastronomía, ciencia que estudia los conocimientos astronómicos de las civilizaciones y los pueblos antiguos; en el derecho, particularmente con el derecho aeroespacial, que regula la exploración del espacio exterior, y en temas medioambientales”, señala el profesor Vargas.
Desde edades tempranas
El docente reconoce la importancia de enseñar esta ciencia en edades tempranas y de continuar implementando y difundiendo actividades pioneras en la ciudad, como por ejemplo las desarrolladas por el Planetario de Bogotá en su programa “Astrobebés”, en el cual los niños entre los cero y cinco años participan en las proyecciones de estrellas y se recrean con la imaginación de un viaje a la Luna que les permite explorar el espacio a través de elementos visuales, sonoros, táctiles y gustativos.
El aporte más importante a partir de la enseñanza de la astronomía es el de estimular el pensamiento crítico, muy importante en las primeras etapas de formación de niños y jóvenes. Sumado a ello, a partir de la astronomía se genera una gran cantidad de preguntas que se pueden responder a través de la observación y del análisis racional.
“Por cada pregunta que se responde pueden surgir muchas más que motivan el aprendizaje de nuevos conceptos e ideas, desarrollando la capacidad de curiosidad y exploración”, concluye el astrofísico.
Fuente: agenciadenoticias.unal.edu.co