MANIZALES, 25 de noviembre de 2019 — Agencia de Noticias UN-
Con este indicador, la estudiante Patricia Esther Jiménez Pérez, de la Maestría en Ingeniería Ambiental de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Manizales, monitoréo la quebrada durante cuatro campañas sobre el tramo que va desde la bocatoma California hasta la zona de confluencia con el río Chinchiná, en cinco estaciones: Bocatoma, Ganadería, Romerales, Gallinazo y Termales.
El monitoreo se realizó de la siguiente manera: en abril de 2009, correspondiente a un periodo lluvioso (caudal alto), la segunda y la tercera en julio de 2009, en un periodo de lluvia menor (caudales con baja tendencia) y la cuarta en un periodo seco con transición a lluvias.
La quebrada Tolda Fría, fuente de abastecimiento de la Planta Luis Prieto Gómez, la cual provee agua potable a Manizales, presenta varias alteraciones, de origen tanto natural como humano.
Según un informe de 2002 de la Corporación Autónoma Regional de Caldas, entre las principales alteraciones se destaca el ingreso de aguas mineralizadas con altas temperaturas, aguas domésticas y minería aurífera.
“En este sentido, la investigación evalúo la calidad del agua mediante el índice de calidad ecológica (ICE), utilizando como indicador las algas del perifiton, con el fin de aportar información del estado ecológico real de este cuerpo de agua que la autoridad ambiental pueda utilizar para priorizar dentro del proceso de ordenamiento de esta cuenca”, explicó la investigadora.
Cambios en la quebrada
En la zona alta, cerca al Parque Nacional de los Nevados y a la Reserva Forestal de Bosques de la Central Hidroeléctrica de Caldas (CHEC), se realiza extracción minera de oro por socavón.
Según la investigadora, “antes de los socavones el cauce tiene las características de alta montaña, ya que el agua es traslúcida y sin olores, mientras que después de las excavaciones y del vertimiento de la mina, la topografía se torna un poco más abrupta y la coloración del lecho cambia, pues el sustrato se observa anaranjado”.
Hacia la zona baja recibe las aguas de las quebradas Romerales y Termales –sector donde los principales usos del suelo son la ganadería extensiva, la porcicultura y el uso recreativo por las aguas termales– además de las residuales del alcantarillado.
Monitoreo y muestreo
Para el análisis de calidad del agua de la quebrada se tomaron muestras de temperatura, conductividad, turbidez, oxígeno disuelto, porcentaje de saturación de oxígeno y pH; para el análisis de sólidos, alcalinidad, demanda de oxígeno, concentración de nutrientes y de metales pesados. “Cada 30 minutos se recolectaron cerca de 500 ml de agua, hasta completar 2 litros en cada estación”, detalló la estudiante.
Explicó además que las muestras de algas perifíticas se obtuvieron de 161 cm2. En cada estación de muestreo se removió el material adherido al sustrato o superficie de las rocas, utilizando cepillos de plástico. El material que quedaba en el cepillo se lavó en un recipiente también plástico que contenía 100 ml de agua, y después las muestras se fijaron con lugol, una disolución de yodo molecular, y se conservaron refrigeradas a 4 oC.
La presencia de ficoperifiton en las estaciones evaluadas se determinó de la siguiente manera: el 32,1 % se registró en Bocatoma, el 29,2 % en Ganadería, y el 21,2 % en Romerales. Estas dos últimas presentan un uso del suelo predominante de ganadería y porcicultura.
Así mismo, en la estación Gallinazo, caracterizada por la descarga de aguas residuales domésticas, la presencia fue solo del 11,3 %, mientras que en el sitio impactado por aguas mineralizadas –estación Termales– la presencia solo alcanzó el 6,18 %.
Según el estudio, la riqueza de especies fue mayor en las estaciones que presentan altas densidades, debido a la velocidad de la corriente, factor importante para la adhesión de algas al sustrato. Las densidades de agua identificadas en las estaciones con impacto por uso de suelo están relacionadas con la intensidad lumínica que ingresa al lecho de la corriente, en especial en las estaciones Bocatoma y Ganadería, que no tienen cobertura de dosel o techo arbóreo. Además la ganadería y la agricultura, por ser fuentes importantes de fósforo y nitrógeno, contribuyen a mantener la alta densidad del río.
La diversidad y riqueza de las algas presentó una tendencia decreciente desde la bocatoma, donde se encontraron 38 morfoespecies efectivas, hacia los sitios afectados por actividad humana y aguas termales. Estas aguas mineralizadas aportan menor riqueza, con solo 8 morfoespecies efectivas.
Según estas observaciones, se determinaron los índices de diversidad, las curvas de rango de abundancia y la evaluación de la composición, que mostraron cambios en la comunidad de algas perifíticas y dejaron en evidencia los sitios críticos: las estaciones Termales y Gallinazo.
Basados en estos resultados, la estudiante Jiménez destaca la importancia de que el ICE, además de corroborar y resaltar las zonas con impacto negativo, permita establecer los indicadores, que al parecer están relacionados con la geoquímica del terreno, la cual de alguna forma incide en el gradiente ambiental de la quebrada.
Fuente: agenciadenoticias.unal.edu.co