sábado, 10 de noviembre de 2018

¿Vuelve la censura a los medios?



- La Historia Jamás Contada -

Hasta hace poco, seguía por Canal 22 una detallada y realista serie sobre la infame Familia Borja -italianizado Borgia-, cuyo patriarca Rodrigo subió al Papado bajo el nombre de Alessandro VI. Solía encontrármela al “barrer” los canales culturales apenas acababa de anochecer, buscando algo diferente a las mismas películas de siempre –“pero repetidas”, remarco con ironía- que constituyen la programación standard de los canales de cine, cada vez más con el agravante de estar ya dobladas.

Pero la semana pasada di no con ella, sino con un promocional que la anunciaba para los martes y jueves a las… ¡12 de la noche! ¿Cómo? ¿Por qué? Ni tardo ni perezoso pregunté al Canal la causa. La respuesta fue muy simple: resulta que, por su clasificación, la habían puesto en “horario para adultos”.

El incidente no es tan trivial como parece, pues me hizo recordar aquel último momento del mandato presidencial de José López Portillo, cuando expidió el famoso Decreto que exigía a los expendedores de periódicos y revistas, presentar las consideradas “obscenas” dentro de una bolsa sellada de plástico, a fin de que niños y adolescentes no pudieran hojearlas por curiosidad. (Ya en mis primeras observaciones sobre el comportamiento mediático, a finales de los ‘70, había notado que, cuanto más cerca impactaba un medio del núcleo familiar, tanto más censurado estaba su contenido. En orden decreciente: radio y televisión, periódicos y revistas, cine y, al final, los libros.)

Pero también recordé que, alrededor de esa época, se transmitió por televisión abierta la miniserie YO, CLAUDIO, basada en las novelas del historiador Robert Graves, sin duda un signo de madurez de la clase dirigente o, cuando menos, de la responsable de la política cultural. Cierto, también pasaba a medianoche, pero era el principio ostensible de un cambio en la mentalidad oficial: de la ultramontana imbuida de pensamiento clerical, a una más acorde a los tiempos secularizados que vivíamos.

El asunto ahora es que estamos a punto de entrar en una época si no de cambio de régimen -lo que me suena un tanto pretencioso-, sí cuando menos de estilo personal de gobernar, como magistralmente conceptuara el fenómeno don Daniel Cosío Villegas-. Y… ¿quién sabe?, tal vez se trate de una RENOVACIÓN MORAL, pero no tecnocrática como la de De la Madrid, sino literalmente de las costumbres personales, pues como ellos mismos nos hicieron saber durante la Campaña, no pocos personajes clave del nuevo Gobierno federal tampoco entonan mal las gregorianas. Y ya en el puesto… pues la tentación es grande.

Nada como la Historia para prever lo que puede venir, por lo que conviene recordar esos -en su momento- pequeños avances en cuanto a libertad individual y no dejar que se pierdan por un golpe de dedo -levantado-, pues se empieza censurando un entretenimiento, para luego censurar cosas mucho más importantes.

A reconsiderar pues, el inesperado renacimiento de la CENSURA y sus más que posibles objetivos de CONTROL POLÍTICO.


Fernando Acosta Reyes (@ferstarey) es fundador de la Sociedad Investigadora de lo Extraño (SIDLE), músico profesional y estudioso   de los comportamientos sociales.

Imagen:negracubanateniaqueser.com