Así lo explica el doctor Carlos Mario Echeverría Palacio, residente de Neuropediatría de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), quien participó en este estudio adelantado por el Grupo de Investigación en Neurociencia de la Universidad del Rosario (Neuros).
“Las personas que estaban más satisfechas con su relación dormían mejor, mientras que las que tenían rasgos obsesivos u otro tipo de percepciones negativas de su relación manifestaron tener una peor calidad del sueño”, agrega.
Para esto se indagó sobre la situación sentimental y los hábitos de sueño de 443 estudiantes de medicina, psicología, fisioterapia, terapia ocupacional y fonoaudiología, de entre 18 a 25 años.
Cada uno contestó un cuestionario que incluía preguntas sobre qué tan enamorado estaba, qué tanta atracción sentía, qué tan satisfecho estaba con la relación, entre otras relacionadas con los rasgos obsesivos y formas de apego, para ver qué tan obsesionada se sentía la persona por su pareja y si presentaba un apego seguro, temeroso, evitativo o preocupado.
Además, se les entregó un diario del sueño que debían diligenciar durante una semana entre los primeros cinco minutos después de despertarse, para registrar si habían tenido buen sueño, mal sueño o sensaciones negativas al despertar.
También debían registrar la frecuencia de uso de alcohol, cigarrillos, bebidas energéticas, marihuana, cocaína y otras sustancias psicoactivas durante los siete días de observación, así como el número de horas que dormían, las horas requeridas para sentirse descansado al despertar, entre otros aspectos.
Se encontró que el 64 % de los jóvenes que estaban una relación amorosa. Aunque el hecho de estar o no en una relación sentimental no se asoció directamente con la calidad de sueño percibida, un bajo nivel de satisfacción con la relación si se asoció a una mala calidad del sueño.
Por el contrario, las personas que estaban más satisfechas con su relación y tenían un estilo de apego dormían mejor y tenían menos sensaciones negativas al despertar.
Por su parte, las mujeres que informaron necesitar más horas de sueño para sentirse descansadas tenían niveles más bajos de gusto por sus parejas, así como niveles más altos de rasgos obsesivos.
Los estudiantes menores de 20 años y aquellos que estaban más satisfechos con su relación durmieron más horas nocturnas y pudieron recordar más sueños. En promedio las relaciones llevaban 18 meses, además, se incluyeron diferentes tipos de relaciones románticas como “coquetear”, “salir con alguien”, parejas comprometidas o que vivían juntas.
Este estudio es el primero de su tipo realizado en América Latina. En este también participaron Claudia Talero Gutiérrez, Felipe Durán Torres, Milciades Ibáñez Pinilla e Isabel Pérez Olmos, del Grupo de Investigación en Neurociencias de la Universidad del Rosario.
El investigador Echeverría aclara que este es un estudio de asociación y no de causalidad, por lo que no se puede decir que las personas duermen peor por estar insatisfechos con su relación, pero sí hay una asociación entre estos dos aspectos.
Fuente: agenciadenoticias.unal.edu.co