En el cine, me divierte la perversión sexual, en la vida real me repugna
Luis Buñuel
Cada 23 de septiembre se conmemora el Día Internacional contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Mujeres, Niñas y Niños, el cual fue instaurado por la Conferencia Mundial de la Coalición Contra el Tráfico de Personas en coordinación con la Conferencia de Mujeres que tuvo lugar en Dhaka, Bangladesh, en enero de 1999. Fue seleccionado el 23 de septiembre, debido a que en el año 1913, se promulga la primera norma legal en el mundo contra la prostitución infantil, siendo el país pionero Argentina con la denominada "Ley Palacios".
El Protocolo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para Prevenir, Reprimir y Sancionar la Trata de Personas, Especialmente Mujeres y Niños, conocido como “Protocolo de Palermo”, define la trata de personas en su artículo 3 como: “la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación. Esta explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras formas de explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos.”
Datos sobre esta problemática indican que: En el mundo, 1.8 millones de personas sufren este tipo de delito; en la Unión Europea se detectaron casi 24,000 víctimas de trata entre 2008 y 2010; la trata de seres humanos con fines de explotación sexual sigue siendo la principal forma de trata en la Unión Europea ya que seis de cada diez víctimas lo eran de explotación sexual. Según datos para el periodo 2013-2014, se contabilizaron 10,044 víctimas registradas de este tipo de explotación, que afecta sobre todo a mujeres y niñas (95% de las víctimas registradas), aunque algunos Estados miembros han notificado un aumento del número de víctimas de sexo masculino.
México, donde la trata es el segundo delito en importancia económica luego del tráfico de drogas y de armas, firmó y ratificó en el año 2003 el “Protocolo de Palermo” que obliga a los países firmantes a generar políticas y medidas de combate a este delito garantizando también la protección de las víctimas y colaborar con otros países para combatir la trata. Se sabe que México es un país de origen, tránsito y destino de la trata de personas y este delito se da a través del Norte y Centroamérica con fines de explotación sexual y trabajo forzado. Los grupos más vulnerables del delito en México incluyen a mujeres y niños, migrantes indocumentados, personas indígenas, campesinos, obreros, trabajadores informales, jóvenes y personas analfabetas o con bajos niveles educativos.
La gran mayoría de las víctimas extranjeras en México son mujeres y niños de Centro y Sudamérica. También se han encontrado víctimas de la trata procedentes del Caribe, Europa Oriental, Asia y África, algunas de las cuales tenían como destino final los Estados Unidos. Fuentes oficiales mexicanas indicaron haber identificado 1,814 víctimas de trata en 2015: 784 fueron sometidas a la trata sexual, 470 al trabajo forzado, 382 a la mendicidad forzada, 17 a la delincuencia forzada y 161 víctimas en que el objeto de la explotación no era claro. Las ONG cuestionaron la capacidad del gobierno para identificar con precisión a las víctimas que forman parte de poblaciones vulnerables, como los trabajadores migrantes y las personas dedicadas a la prostitución.
La trata de personas es uno de los delitos de mayor impacto humano y social que afecta principalmente a niñas, niños y mujeres profundamente en su existencia, violentando sus derechos humanos y privándolo de las condiciones más elementales para la vida, dejando con ello una secuela imborrable que deteriora, y en no pocas ocasiones, impide el desarrollo de capacidades para vivir una vida digna.
Es por ello, amable lector, que es necesario y urgente que los países coordinen y articulen esfuerzos nacionales y regionales mediante la creación de medidas y mecanismos normativos e institucionales efectivos para prevenirla, sancionarla y proteger a las víctimas. ¿No lo cree así amable lector?
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