Cortés decide romper el sitio y huir durante la noche cargando todo el oro de Moctezuma. Con unos tablones construye puentes movibles para unir los tramos rotos de la calzada de Tacuba, pero son descubiertos y en su desesperación caen al agua ahogándose por el peso del oro. Cortés alcanza la salida de la ciudad con unos cuantos soldados y se sientan a llorar la derrota bajo la fronda de un ahuehuete.
Cuitlahuac es el caudillo de esa victoria, conocida como la “noche triste”.
El imperio se había quedado sin rey y urgía nombrar uno, para volver a levantar la ciudad. Se reúnen los principales nobles del supremo consejo, Cuauhtémoc dio su voto por el valeroso Cuitlahuac, que es nombrado emperador el 7 de septiembre de 1520.
Cuitlahuac se entera que había sobrevivido una hija de Moctezuma, Miahuxochitl, le decían Tecuichpo (hija del rey), se la lleva a su casa donde es atendida como soberana y al poco tiempo se casa con ella.
Pero el caudillo que expulso a los teules, sólo duro en el trono 80 días, murió victima de la viruela (peste desconocida traída por los españoles), a finales de noviembre de 1520.
Se convoca nuevamente el supremo consejo de la tribu para designar sucesor. Cuauhtémoc recibió el cetro y el mando, ignorando los terribles momentos que venían. Gobernó de facto durante unos días, según el códice Aubin: “...como decimoprimer señor durante los nemonteni (días funestos y de mal agüero), del mes de Quautliteua, se entronizo Cuauhtemotzin”. Tocó a Coanacochtzin y a Tetlepanquetzalzin entronizar al príncipe tlatelolca, pues eran las nuevas cabezas de la Triple Alianza.
Toma por esposa a Miahuaxochitl (viuda de Cuitlahuac), quien es su refugio entre tanto mal.
Había que fortalecer la ciudad, y hacer posible una victoria formando alianzas ofensivas y defensivas. Cuauhtémoc con gran genio político, envió embajadores por todo el imperio buscando aliados para luchar contra los extranjeros y constituir una nacionalidad, sin despotismo ni tiranía, pero no tuvo mucho éxito, nadie lo comprendió, o lo traicionaban o permanecían indiferentes. Decide que él y su gente defenderán Tenochtitlan.
Cortés llega a Tlaxcala a reorganizarse y descubre entre sus tropas a un carpintero, a quien le da todas las facilidades para instalar un astillero y construir bergantines, (Cortés sabe muy bien que esto le dará el éxito).
Cortés ataca la ciudad de Tenochtitlan, por agua y por tierra desde el 21 de mayo de 1521, la guerra se vuelve encarnizada y Cortés en varias ocasiones ofrece la paz a Cuauhtémoc. Los tenochcas ya no tenían que comer y caían por la enfermedad, y la sangrienta lucha. Cuauhtémoc reúne el consejo, pero en este acuerdan que no se puede confiar de los españoles y que la guerra sea a muerte. Cuauhtémoc sentencia que “el mismo matara al que le solicite la paz”.
Flotaban cadáveres en el lago, y en las calles no se podía andar por tanto muerto.
Los teules ganaban terreno, los mexicas estaban replegados en un sólo sitio, hasta entre los carrizos del lago y Cuauhtémoc decide huir con su familia y unos nobles devotos de él con una pequeña flotilla de 50 canoas donde lleva lo que le queda en joyas.
Es descubierto y aprehendido. Su oro es repartido entre los españoles de los bergantines. Cuando es llevado ante Cortés, Cuauhtémoc con afligidas palabras le dice: “Señor Malinche, yo ya he hecho lo que estaba obligado en defensa de mi ciudad y vasallos y no puedo más... Has de mi lo que quisieres..” -Y poniendo la mano sobre la empuñadura de una daga de Cortés agregó: Dame de puñaladas y mátame... Es lo mejor... Aborrezco el vivir y me será ya molesto”. Cortés le responde: “Por haber sido tan valiente y haber defendido a su ciudad se le tenia en mucho y tenía en más a su persona... que descansase su corazón y de sus capitanes, y que mandara a México y a sus provincias como antes lo solía hacer”.
Lo condujeron a Coyoacán el 13 de agosto de 1521, donde lo mantuvieron prisionero. Y el cielo con todos los dioses del Anáhuac lloraron.
Pronto corrieron el rumor los oficiales de Cortés que el tesoro de Moctezuma, Cuauhtémoc lo había escondido, pero los mayordomos de Cuauhtémoc negaban y decían que no había más oro que, el que ya tenían. Cortés no impide que atormenten los oficiales a Cuauhtémoc. Para la afrentosa tortura utilizaron aceite que untaron en los pies y manos del señor de México y del señor de Tacuba: Tetlepanquetzal. El olor a avaricia era más grande que el olor a carne quemada. Cuauhtémoc queda baldado de pies y manos recluido en la recámara de Moctezuma, atendido por Tecuichpo.
Una ocasión Doña Marina, le dice al valeroso príncipe que consiga 200 tejuelos de oro, tan grandes como una patena de cáliz.
El 12 de octubre de 1524, Cortés decide salir en una expedición rumbo a las Hibueras provincia de Acallan (tierras mayas), llevando consigo a Cuauhtémoc, al señor de Tacuba y a otros nobles más.
Cuando llegan a Acallan, Cuauhtémoc solicitó humildemente tributo a los nobles acallantlacas, quienes le dieron 8 cestillas cargadas de oro, más joyeles de jade y de turquesa. Un tributo más para saciar a Cortés.
No fue suficiente para los teules, necesitaban deshacerse del soberano de México, Cortés le hizo dar muerte, acusándolo de haber conspirado. Murió en las inmediaciones de Acallan el 28 de Febrero de 1525.
Todo por el teocuicatl (excremento de los dioses) oro, oro, oro... ¡Cuanta desgracia!, ¡Cuanta destrucción! ¡Cuantos muertos en nombre de la “civilización” y la evangelización!
En un islote sobre un nopal, un águila devorando una serpiente... Se construyo una ciudad...Un imperio de raza de bronce... ¡Nuestra águila cayo! y fue comida por la serpiente de la traición y la avaricia.
Hay que volar como águila, tal vez aún estén presentes los dioses del Anahuac. No confundamos los amaneceres con los crepúsculos.
Con el último emperador azteca cae un imperio que hubiese maravillado al mundo entero.
Imagen: lecturasennewyorkcity.blogspot.com