sábado, 14 de octubre de 2017

Cronistas de costumbre (Artículo)

- La Historia Jamás Contada -


El actual debate en España sobre si refrendar la Monarquía o volver a la República, liquidada durante la Guerra Civil y lo que siguió por Paco Franco, sus secuaces y aliados, entre ellos –pero no únicamente- los nazis, repercute necesariamente en las naciones de América que alguna vez fueron sus colonias, pues el “Sueño Español” –equivalente al “American Dream” pero transatlántico- está vigente entre la oligarquía criolla, buena parte de los (altos) funcionarios de Gobierno y la clase media “gerencial” educada en instituciones privadas.

Al comienzo de los años 70, cuando ya era evidente que el caudillo de El Ferrol no daba para más, algunos de sus beneficiarios fueron previsoramente exportándose ellos mismos a estas tierras, conquistadas por sus remotos antepasados. Empezó entonces a notarse un cierto orgullo y ostentación de lo colonial en las capitales de los Estados del centro del País. Fue también cuando sobre el abigarrado fondo de los estilos hippie y latinoamericano, de moda entre la juventud, apareció la figura del “cronista” oficial, especie de guía turístico de lujo dedicado a ensalzar las virtudes del colonialismo tanto en construcciones y artefactos (artesanías) como en costumbres, especialmente las RITUALES. Pero, ¿quiénes eran estos personajes que tanta influencia alcanzarían sobre los gobernantes de estas ciudades?

En principio una “crónica” es un relato sobre una época determinada pero, ¿contado por quién?: ¿Un testigo presencial que narra lo que vivió?, ¿un investigador que siguió indicios que lo llevaron a hallazgos o conclusiones teóricamente válidas?, ¿un historiador académico profesional que reconstruyó documentalmente lo que afirma? En el caso de los “cronistas de costumbre”, ninguna de esas categorías, pues se trata de un tipo (social) específico de la bohemia provinciana: el parroquiano de cafés y cantinas –las de antes, ahora son puro ruido- que, partiendo de fragmentarios recuerdos infantiles, “pinta” escenas costumbristas para el nostálgico deleite de sus contertulios, sin pretensión alguna de rigor científico, pues sólo se trata de pasar el rato.

Es curiosa la similitud entre éstos y los “cronistas de Indias” –frailes en su mayoría- que trasladaban los recuerdos infantiles de su aldea a un Nuevo Mundo que, por definición, DESCONOCÍAN, resultando en la incongruencia entre los vestigios –y hasta hechos patentes, como las COSTUMBRES, precisamente- observables en la realidad y lo que ellos afirmaban de los habitantes de entonces y sus antepasados: lo mismo que ahora, pero con el añadido de que los “cronistas” contemporáneos suelen tomar a aquéllos como referencia, resultando sus relatos doblemente míticos si cabe.

Esto son, pues, los “cronistas de costumbre”: nada más que historiadores hechizos que incorporan sus fantasías de niños provincianos a una Historia –oficial u oficiosa, no importa- ya de por sí inverosímil, precientífica, con la intención de legitimar “costumbres” sospechosas de no serlo, de proporcionarles una coartada, acercándonos así a todos –en su imaginación, cuando menos- al peregrino sueño de ser, otra vez, la Nueva España.

Fernando Acosta Reyes (@ferstarey - feracosta955@gmail.com) es fundador de la Sociedad Investigadora de lo Extraño (SIDLE), músico profesional y estudioso de los comportamientos sociales.





(Publicado originalmente en Sabersinfin el 7 de junio de 2014)

Imagen: st.depositphotos.com