- La Historia Jamás Contada -
Cuando de niños supimos por primera vez de la HISTORIA, pensamos y nos quedó la impresión de que se trataba de largas listas de nombres, hechos y fechas. Sin duda un gran reto para la memoria –sigue siéndolo, en los concursos de televisión-, pero se afirmaba que era importante para el presente, aunque se refiriera a cosas pasadas o hasta míticas.
Esta descripción tan somera, incluye sin embargo prácticamente todo lo que la mayoría de la gente espera de la Historia, por lo que lo único que puede hacer un individuo al respecto, es tratar de aprenderse esa masa de datos y dar por hecho que “ya sabe”: así, en abstracto. Pero en cuanto a su relación con ella, concretamente para qué le sirve, encuentra que para nada. Es la misma conclusión a que llega con las Matemáticas, las “superiores” –esto es, de la raíz cuadrada y el Álgebra elemental para arriba-, pero mientras que éstas sí llegan a aplicarse, la Historia no pasa de ser un adorno para lucir en reuniones pretenciosas, como la que retrata la película EL CLUB DE LOS EMPERADORES.
Eso la Historia escolástica, pero es posible otra, una que tenga que ver directamente con la vida personal del sujeto y no precisamente su biografía o sus memorias, sino una Historia también general, social pero que culmine en él, explicándolo junto con su entorno, esto es, que posea una utilidad intrínseca. Pero una Historia así, a diferencia de la usual, que es canónica –igual y obligatoria para todos-, tiene que ser construida por el sujeto mismo, ciñéndose a un método científico. Una Historia “desde la persona”, lógicamente jamás ha sido contada, pero esto último también porque toca aspectos y particularidades que la Historia oficial deja fuera por considerarlos intrascendentes o francamente subversivos (los censura, ni más ni menos).
Pero su utilidad no se agota en el campo ontológico, el del ser individual o social, sino que trasciende hasta el político al mostrar a ambos, individuo y sociedad, en su movimiento interno, con sus fuerzas motoras en continua tensión y con ello la posibilidad de ir tanto en una dirección como en otra: todo lo contrario de una Historia acabada, escrita por los vencedores y supuestamente para la Eternidad.
Esa es la intención de esta columna: hacer visible lo que el filósofo y sociólogo crítico Herbert Marcuse llamó las alternativas canceladas de la Historia, mostrando que sólo lo están definitivamente en la imaginación de los que hoy detentan el Poder y quisieran que las cosas siguieran como están para siempre. PERO LA HISTORIA REAL NO SE DETIENE...
(Publicado originalmente en Sabersinfin el 18 de abril de 2014)
Imagen: justoserna.wordpress.com