miércoles, 11 de octubre de 2017

Adulterio, Incesto Y Alta Traición


Oh muerte, méceme hasta que me duerma

Ana Bolena

El día 19 de mayo se cumplen 479 años de la muerte de una de las mujeres más poderosas de Inglaterra, la reina Ana Bolena, la cual tuvo fama de bella, inteligente y ambiciosa. Se le ha llamado “la reina consorte más influyente e importante que Inglaterra ha tenido nunca”. Fue acusada de adulterio, incesto y alta traición, muriendo decapitada en la Torre de Londres en el año de 1536, tras un discutible juicio. La ejecución de Ana, formó parte del confuso comienzo de la agitación política y religiosa que se dio en Inglaterra debido a la Reforma inglesa, con ella como símbolo en la promoción de la causa de la reforma de la Iglesia.


¿Pero, a qué se debió ese enorme poder?

Recordemos que Ana, hija de Tomás Bolena y su esposa lady Isabel Bolena, fue la segunda esposa del rey Enrique VIII y la madre de Isabel I, uno de los más importantes monarcas de la historia británica. Los historiadores indican que a Ana “Nunca se la describió como una gran belleza, pero hasta aquellos que la aborrecían admitían que tenía un encanto exacerbado. Causaba buena impresión con su gusto por la moda e inspiró muchas tendencias entre las damas de la corte. Fue probablemente el mayor icono de la moda inglesa de principios del siglo XVI”.

En 1525, Enrique VIII, casado con Catalina de Aragón, se enamoró de Ana y comenzó a perseguirla. La hermana de Ana, María, había sido con anterioridad amante del rey Enrique. Ana se resistió a sus intentos de seducción y se negó a convertirse en su amante. Rechazó las propuestas iniciales del rey diciendo, “suplico a su alteza muy seriamente que desista, y a esta mi respuesta en buena parte. Prefiero perder la vida que la honestidad”. Al final el rey le propuso matrimonio y ella aceptó.

Enrique y Ana celebraron una ceremonia matrimonial en secreto. Ella quedó embarazada y, como era costumbre en la realeza, hubo una segunda ceremonia matrimonial. En consecuencia Ana Bolena, por su honestidad, se convirtió en la persona más poderosa de la corte. Tenía una considerable autoridad para nombrar a los miembros del gobierno e influir en asuntos políticos.

Después de su coronación, Ana se asentó en una rutina tranquila para prepararse para el nacimiento de su hija, la cual nació prematuramente el 7 de septiembre de 1533.

Bautizaron a su hija con el nombre de Isabel, en honor a la madre de Enrique. La reputación de Ana como reformista religiosa se extendió por Europa, hasta Martín Lutero vio su subida al trono como un buen signo. Como reina, presidió una corte magnífica. En el siglo XVI se esperaba de las Familias Reales que fueran extravagantes, a fin de comunicar la fuerza de la monarquía. Ana gastó sumas enormes en vestidos, joyas, tocados, abanicos de pluma de avestruz y la tapicería y mobiliario más fino procedente de todo el mundo. Numerosos palacios fueron renovados para satisfacer sus gustos extravagantes.

En los últimos días de abril de 1536, un músico flamenco al servicio de Ana fue detenido y torturado confesando que él era amante de la reina, proporcionando el nombre de otro cortesano, el cual fue detenido, pero dado que era un aristócrata no podía ser torturado. Él negó su culpabilidad y juró que Bolena era también inocente. También detuvieron a otros dos mozos. El acusado final era el propio hermano de la reina, detenido bajo acusación de incesto y traición, acusado de mantener relaciones sexuales con su hermana durante los últimos doce meses.

La teoría más popular de la muerte de Ana es que fue eliminada por un complot de palacio orquestado por sus enemigos políticos. Su hermano y los cuatro acusados fueron ejecutados el 17 de mayo. Se dice que ella había comentado, cuando se le dio la noticia de que el rey había conmutado su sentencia de incineración por la de decapitación, y había contratado a un espadachín de Calais, Francia, para la ejecución con una espada de doble filo, en lugar de degollar a una reina con el hacha común: “No tendrá mucho problema, ya que tengo un cuello pequeño. ¡Seré conocida como La Reine sans tete (La reina sin cabeza)!”

La ejecución fue rápida: según la leyenda, el esgrimidor fue tan considerado con Ana que dijo, ¿Dónde está mi espada? y luego la degolló, para que ella pensara que tenía todavía unos momentos más para vivir y no supiera que la espada estaba en camino.

Cómo ve usted amable lector.



Jorge Rodríguez y Morgado (jarymorgado@yahoo.com.mx) es catedrático universitario, conduce: ConoSerbien en Sabersinfin.com.