BOGOTÁ D. C., 01 de noviembre de 2019 — Agencia de Noticias UN-
Paul Angarita Bonilla, magíster en Ciencias - Químicas de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), compendió las técnicas y los reactores con los que se lleva a cabo el proceso de la pirólisis, para demostrar cómo se pueden aprovechar las llantas desechadas, sobre todo en la fase líquida de su descomposición.
En Colombia cada año se desechan cerca de 72.000 toneladas de llantas en el mercado de automóviles particulares y de transporte pesado, que se suman a las miles de toneladas que se encuentran en los botaderos y que, entre otras cosas, aumentan la proliferación de plagas como ratones y mosquitos. Estos desechos acumulados también pueden generar incendios, y por su baja velocidad de descomposición y por el CO2 que liberan, contaminan el suelo y las aguas subterráneas.
Descomponer las llantas implica tres fases: en la gaseosa se crea un material combustible que se puede usar como fuente de energía; en la fase líquida, con el proceso pirolítico se pueden obtener productos químicos de alto valor como el limoneno –usado como ecocombustible, solvente e insecticida– o productos aromáticos como el tolueno, el estireno y la anilina, que se utilizan para hacer pinturas, telas y pegantes, entre otros; y en la fase sólida se crean carbonizados, que se pueden emplear como catalizadores o descontaminantes de ríos.
En el país hoy existen procesos para reutilizar de las llantas por medio de las reencauchadoras –que procesan alrededor de 600.000 llantas de transporte pesado al año– y del reciclaje en forma de caucho molido para los parques que se han hecho en Bogotá. Sin embargo, tales opciones tienen un potencial limitado debido a que el mercado es reducido.
Auger, el más apropiado
El investigador señala que aunque algunos procesos resultan más costosos que otros según el tipo de reactor utilizado en el proceso de pirólisis y de variables como el tipo de llanta, la temperatura de reacción, la velocidad de calentamiento y el tiempo de residencia de los volátiles, en promedio el combustible líquido que se produce costaría 360 pesos el galón, en comparación con los 9.000 pesos que cuesta en promedio el galón de gasolina.
Entre los tipos de reactores se encuentran: el de lecho fijo, también llamado “por lotes”; el horno rotatorio; el de Auger; el lecho fluido y otros experimentales como el reactor de zinc fundido o el de microondas.
Según el magíster, el reactor de Auger, en el que se puede hacer pirólisis lenta y rápida, y cuyo diseño compacto facilita su transporte y almacenamiento, es el más apropiado para este tipo de proceso; además requiere una inversión más económica y el galón de combustible líquido que genera estaría alrededor de los 300 pesos colombianos.
Aunque las técnicas de pirólisis son una buena herramienta para el aprovechamiento energético de las llantas usadas, sus procesos son costosos por el uso de maquinarias especializadas, y el combustible que se logra producir también exige una inversión inicial alta que no se equipara con la cantidad producida, razón por la cual son técnicas que se deben mejorar en pro de ir remplazando combustibles fósiles por aquellos líquidos hechos con desechos.
En ese sentido, el profesor Ariel Oswaldo Cadena, director de Investigación de Maestría, de la Facultad de Ciencias, señala que aunque la ventaja de las llantas es que es un material que está disponible en gran volumen, uno de los grandes problemas para desarrollar el proceso de pirólisis es el costo de recolectarlas.