19 de noviembre de 2019
Miras como queriendo no ver,
dices como queriendo no decir,
tocas como queriendo no tocar,
sientes como si fuera el último día,
como si fuese noche para siempre,
como si no hubiera mañana
y como si las historias
indefectiblemente tuvieran un final triste,
como si tú fueras yo
y como si yo fuera tú
en un cuento de Nom omnis moriar.
Miras como queriendo no ver,
porque sabes que la mente
se alimenta de lo que entra por los ojos,
que la mirada no juzga,
sólo hace suya la primera impresión
y se la lleva consigo
hasta que la desarticula la razón
y entendemos los errores del prejuicio.
Dices como queriendo no decir,
porque las palabras construyen
o destruyen sin darnos cuenta
que como dardos lanzados al espacio
surcan sin retroceso,
hieren sin sangrar
y sanan sin vendaje de por medio.
Tratas de sentir como si fueras yo
y yo fuera tú,
por lo inexplicable de esta historia,
por el retroceso de la marea emocional,
por el aullido del lobo
y la inocencia que se guarece
detrás de círculos de oración,
en mirada perdida
y en confianza ciega en el amor.
Abel Pérez Rojas (@abelpr5) es escritor y educador permanente. Dirige Sabersinfin.com
