lunes, 1 de julio de 2019
Tristísimo alter ego (Poema)
30 de junio de 2019
Ella duerme. No la puedo despertar y me preocupa,
enciendo la lámpara mientras siento su mano en mi mejilla,
y ella la apaga, y se vuelve a dormir. Vuelvo a la sombra.
Acaricio su pelo largo, mi pelo largo y apenas parpadeo.
Y como llorando bajito me dice que ya no quiere escribir,
que no puede escribir y que hay un funeral mal logrado de rimitas ,
impedido por juglares que han burlado a los tiempos.
Y sus párpados vuelven a caer como pétalos de cemento.
No te duermas, le ruego, y ella alcanza a sonreír con ironía
Y despacito me dice que la olvide, que ella quiere morir rimando
y que los juglares están sentenciados al silencio. Y sí, me entiendo.
Pero yo no quiero morirme todavía, sin volver a casa.
Ella soy y mi hueco en el cuerpo parece una armadura de óxido vacío.
Está frágil, ella que siempre fue tan fuerte, y ahora estoy triste, tristísima de versos.
Yo le ofrezco la casa que no tengo, una calle verde con sabor a sal. La patria.
Le ofrezco los gorriones cansados de mis manos, mi vientre urgente, mi clara fuente,
le ofrezco el maniquí con nuestro rostro y el trozo del sur que me guardé
en el bolsillo de mi corazón que recibe marcapasos de ilegales rimas consonantes.
Pero no, no hay manera. Ella quiere dormir. Solo quiero dormir.
Ella abre un ojo y solo murmura con un rumor de exilios, que la muerte es descanso.
Y me abraza y la abrazo y volvemos a ser una y sangramos de rimas,
esas rimas tan bellas que han pasado de moda, me dicen los grandes académicos.
Aurora Elena Olmedo Videla es originaria de Argentina, actualmente reside en Alicante, España. Aurora es profesora de inglés, Filología inglesa, especializada en Literatura e Instructora de Ceremonia y Protocolo.