Atrapado
en la cuestión
de saber si se trata
de "un vaso medio lleno
o medio vacío",
me paralizo,
me inmoviliza percatarme;
sólo salgo de ella
cuando caigo en cuenta
del artificio.
No se trata del estado de ánimo,
ni del ángulo desde el que se mira;
es asunto más profundo:
¿quién mira el vaso?
¿una mente dotada de ojos?
¿o será la razón empezando a despertar?
El vaso con agua
es solo la escenografía;
la clave está en el entramado,
en el mundo detrás de bambalinas.
Yo, el profundo yo
es quien ve todo esto,
y luego curiosea a sí mismo
para notar:
que está mirándose al espejo.
El vaso y el agua
no importan,
lo que vale la pena
está detrás,
en el fondo,
en la médula,
en la raíz:
la consciencia
tomando consciencia
de sí misma...
el despertar
a todo lo que da.
Abel Pérez Rojas (@abelpr5) es escritor y educador permanente. Dirige Sabersinfin.com