BOGOTÁ D. C., 16 de julio de 2019 — Agencia de Noticias UN-
Yohana Katerine Suárez Anaya, magíster en Ciencias - Biotecnología de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín, evaluó el efecto que podría tener la aplicación de un extracto de algas marinas en la inducción de cuatro genes asociados con la emisión de señales de sitios de infección en el banano. Se trata de los genes PR4, POX, PR1 y PAL, identificados antes en el grupo de investigación Biotecnología Vegetal Unalmed - CIB.
Según explica la magíster, “dicho material genético está relacionado con el aumento de la defensa en las plantas, ya que estas interactúan generando señales que se dan por la acción de hormonas vegetales como el ácido jasmónico, regulador del crecimiento de la planta”.
Los genes se evaluaron en las plantas de banano variedad Williams en un estadio temprano de crecimiento (tres meses de edad), después de realizar dos aplicaciones (en el día 0 y en el 9) de un extracto comercial de algas marinas.
“La empresa que fabrica el extracto se acercó al grupo de investigación y así se presentó la oportunidad de probarlo. Además de los beneficios que daba en campo para restaurar y mejorar el rendimiento, también se estudió si aumentaría la defensa de las plantas. Para el estudio se aplicaron concentraciones de 500, 1.000 y 2.000 cc/ha (centímetros cúbicos por hectárea)”, explica la investigadora.
Aumento en las defensas
La magíster desarrolló su trabajo en un espacio controlado, una cámara con las mismas condiciones que se presentan en Urabá, importante zona bananera del país: 95 % de humedad, rocío constante y una temperatura entre 27 y 29 oC.
Los días 1, 3, 6, 9, 10, 12 y 15 obtuvo muestras de tejido vegetal que se congelaron en papel aluminio a -80 oC para preservar las condiciones al momento de tomar el ARN, en el que se evaluó la expresión de los genes.
Las pruebas arrojaron que la concentración de 2.000 cc/ha aumentó el nivel de expresión de los genes PR4, POX y PAL aunque no era constante, lo que, según la investigadora Suárez, puede sugerir que las plantas necesitan aplicaciones más frecuentes del extracto para mantener las defensas altas.
“Como la defensa vegetal es un proceso que requiere mucha energía, producir esos genes y las proteínas que se generan a partir de ellos implica un desgaste energético importante que, si la planta no lo necesita, el proceso se cae”, detalla la magíster, quien en este caso trabajó con plantas sanas.
A partir de los hallazgos de este estudio se propone realizar nuevos trabajos con plantas infectadas con algún patógeno como la Mycosphaerella fijiensis, hongo relacionado con la enfermedad de la sigatoka negra, considerada como la enfermedad más destructiva y de mayor valor económico en los cultivos de banano, y con la que el grupo de investigación Biotecnología Vegetal Unalmed - CIB tiene experiencia.
Fuente: agenciadenoticias.unal.edu.co