12 de marzo de 2019
Su corazón late en silencio
debajo de la seda turquesa,
en ocasiones parece explotar
otras veces implosiona,
pero siempre callado,
guardándose para sí su sufrir
y su alegría extrema por pequeñeces,
por detalles simples
que pasamos de largo.
Sólo su petigrís empareja sus latidos,
porque que ambos están super acelerados
y son compañeros del mismo viaje;
sufren los mismos obstáculos,
padecen la misma incomprensión.
El viento esparce sus rizos,
cierra los ojos y disfruta la brisa,
una mueca alegre disimula
los gestos que delatan,
con eso abrocha el cerrojo
de lo que en el fondo siente.
Sólo ella sabe lo que lleva,
sólo ella sabe lo que cubre el tejido turquesa,
esa malla fina que envuelve su tristeza.
Abel Pérez Rojas (@abelpr5) es escritor y educador permanente. Dirige: Sabersinfin.com
