13 de marzo de 2019
Su mente pareció estallar,
tres, dos, uno...
a punto del ¡pum!
un susurró apareció,
le retornó a la infancia,
al apapacho camaraderil,
al cobijo de los hermanos mayores,
a la complicidad de los abuelos,
a aquellos días donde lo verde resaltaba,
a esas jornadas sin sentimientos de culpa,
sin futuros inciertos,
sin corrupción abrumadora,
sin perversidad ni malicia invencible.
Revivir lo pasado
congeló la detonación,
paró lo insoportable,
neutralizó lo que parecía irremediable.
El pasado no es solo lo añejo,
tampoco es solo reclamo del ayer,
es cobijo y guarida,
es bálsamo y curación,
es como la caricia materna que ya no está,
pero que siempre llevamos consigo.
Abel Pérez Rojas (@abelpr5) es escritor y educador permanente. Dirige: Sabersinfin.com
