domingo, 6 de mayo de 2018

La necesidad de una Teoría de la Sociedad en Política


 - La Historia Jamás Contada -

En los pasados debates entre candidatos a los distintos puestos en los diferentes niveles de Gobierno, como en general a lo largo de todas las pre-, inter- y -¡por fin!- campañas, hemos podido escuchar toda clase de diagnósticos sobre el estado de nuestro País, junto a las más imaginativas propuestas de cómo cada candidato(a) lo mejoraría.

Hay varias anotaciones que hacer al respecto, comenzando por el manejo mismo de los debates, obviamente realizado según el modelo de la televisión comercial, que de todo hace un concurso para elegir un “ganador”, cuando el objetivo es oír el juego de argumentos de los contrincantes sobre el o los tópicos en discusión y que cada oyente vaya formándose una opinión personal más documentada, coherente y, sobre todo, CRÍTICA del tema.

Esta modita de los “debates” fue tomada de sus correspondientes en los Estados Unidos, donde se califica(ba)n cosas como quién llevaba la mejor corbata o efectuaba los gestos más apropiados y un sinfín de nimiedades -¿necedades?- semejantes, con el claro propósito de que el público se ENTRETUVIERA otro rato y no pensara más en un acto de la gravedad que es elegir un nuevo Gobierno. Eran los días en que la expresión “television is for idiots”, pese a su crudeza, era tan sólo una descripción de la realidad.

Lo mismo en las campañas, que son cubiertas por los medios al más puro estilo de crónica deportiva, incluyendo los enfrentamientos personales -si son reales o escenificados, no lo sabemos- tan característicos en las ceremonias de pesaje (del boxeo), mismos que YA se incluyen también en los debates “serios”.

Pero a cualquier lado que volteemos, falta lo que sería de verdadero interés: la relación entre esas posturas, tanto ideológicas como de personalísima expresión corporal, con las situaciones o problemáticas SOCIALES de las que todos estamos conscientes, aún sin proponérnoslo, pues ¿cuánto adelantamos en la comprensión de la mecánica profunda de nuestra sociedad con cada “genial” -por no decir “extravagante”- interpretación, deslumbrante propuesta o airada invectiva de los distintos candidatos contra sus contrincantes?

Ese funcionamiento “mecánico” de la sociedad en que cualquier añadido, supresión o modificación de uno o más elementos, basta para desencadenar su transformación completa, es lo que debemos tener claro a la hora de elegir entre las distintas intervenciones que propongan los candidatos, más que la simpatía, moralidad, elocuencia u otras virtudes -o sus contrarias- personales de éstos, como se maneja SENTIMENTALMENTE en las campañas actuales, pues de él dependerán los resultados concretos que arroje el nuevo Gobierno.

Por esto la necesidad de contar con una TEORÍA DE LA SOCIEDAD o, más concretamente, un modelo teórico funcional en el que podamos probar -ensayar- las diferentes propuestas y ver qué resulta. Así cuando menos sabremos a qué atenernos de triunfar uno u otro candidato y no sorprendernos demasiado cuando sus consecuencias prácticas estén a la vista. Es ciertamente laborioso pero no imposible. Incluso podemos trabajar en colectivo como MESA DE DISCUSIÓN.

Lo importante es no dejarnos conducir dócilmente por la PROPAGANDA electoral -a favor o en contra- propiamente dicha o sus reverberaciones mediáticas, ni tampoco por análisis subjetivistas de “expertos” (¿?) que no faltan en medios abiertos o Internet -bloggers, sobre todo-, cuyos juicios, al no tener con qué contrastarlos, los damos a priori por correctos.

Se trata simplemente de ejercer nuestra capacidad de PENSAR para no dejarnos llevar por los sentimientos, que de simpatías y esperanzas está empedrado el camino del… FASCISMO.


Fernando Acosta Reyes (@ferstarey) es fundador de la Sociedad Investigadora de lo Extraño (SIDLE), músico profesional y estudioso de los comportamientos sociales.

Imagen: www.fapeo.be