- La Historia Jamás Contada -
Un incidente ocurrido hace apenas un año en Jerusalén durante la MARCHA DEL ORGULLO GAY en esa Ciudad, cuando un fanático, posiblemente psicópata, atacó a puñaladas a 6 personas antes de ser sometido, puso dramáticamente de relieve una actitud que, por estar muy difundida entre la población, no parece preocupar mayormente a ésta ni a los Gobiernos, aun cuando representa un claro PELIGRO latente.
Me refiero a la de ciertos sujetos frente a expresiones corporales como la desnudez (total o parcial), sensualidad, sexualidad e incluso funciones de sostenimiento de la vida como excreción –orinar, por ejemplo- y secreción, que les provocan tal ansiedad que no pueden contenerse y estallan, como el recientemente exconvicto -por el mismo motivo- israelí de la nota periodística.
Para el observador agudo, que ve más allá de lo puntual e inmediato, resulta evidente que el problema NO son las expresiones en sí, sino los individuos a quienes éstas afectan tan ostensiblemente, ya que no es una actitud natural –es decir, que se nazca con ella- sino aprendida y reforzada desde el exterior o, peor aún, desarrollada por el propio sujeto como una FOBIA.
Esta sintomática actitud, sin embargo, suele quedar enmascarada por consideraciones metafísicas como la religiosidad y la moral, que (sólo) aparentemente la justificarían. (A propósito de la relación funcional entre estas últimas, hace muchos años un pariente mío, durante una conversación ocasional, me dio la mejor definición que conozco de RELIGIÓN: “Moral + Creencia en Dios”.)
Es el escape “racionalmente” fácil a una cuestión ciertamente embarazosa: el avergonzamiento del propio cuerpo, pero proyectado en el ajeno. Es lo que está detrás, por ejemplo, de la persecución de la pornografía, en la que el vergonzoso se ve expuesto en ella . Una desubicación digna de ser estudiada a profundidad. (Incidentalmente, Freud consideraba la angustia como libido agriada.)
Pero más allá de una condición clínica individual y posible indicio de un problema de salud mental, lo más preocupante, por el riesgo que conlleva, es la existencia de asociaciones de alienados de este tipo que buscan imponer a todos su particular –y torcida- concepción del cuerpo como algo a ocultar, alentadas por instituciones religiosas, llegando a convertirse algunas en agencias paragubernamentales, como aquí la JUNTA DE MEJORAMIENTO MORAL, CÍVICO, ETC. y otras similares.
Pero más peligrosas si cabe todavía, son las SECTAS, fuera de todo control institucional y cuyos miembros se dedican de motu proprio a acechar –stalk-, hostigar y en ocasiones agredir en sus bienes o personas a quienes consideran transgresores sólo por no plegarse a sus pe…regrinas normas de conducta como si, habiéndose confeccionado su propia camisa de fuerza, les enfureciera que los demás no se la pongan también.
Así es la locura, no reconocida generalmente, de los ENEMIGOS DEL CUERPO, que alcanza su frenesí cuando están en presencia de quienes, al contrario de ellos, disfrutan –o, cuando menos, están dispuestos a hacerlo- sin inhibiciones del suyo. ¡CUIDADO!
(Publicado originalmente en Sabersinfin el 8 de julio de 2016)
Fernando Acosta Reyes (@ferstarey) es fundador de la Sociedad Investigadora de lo Extraño (SIDLE), músico profesional y estudioso de los comportamientos sociales.
Imagen: scottlong1980.files.wordpress.com