lunes, 1 de enero de 2018

Soledad propositiva

















Entre ligeros y amargos efluvios de nubes clandestinas
El tiempo se fragmenta en su propia secuencia,
Y la lenta duda siembra pensamientos inconexos
Que perciben la inmensidad en la fusión de los fragmentos.

La conciencia se esculpe al interior de una acuarela edificada,
Y la canción del viento es el sabor de una eterna película estancada
Donde florecen dactilares constelaciones germinando escenas
Al compás de un aroma que arranca la piel del intelecto.



El escenario cotidiano se esculpe al compás de una canción
Que se reviste de poesía, construyendo con texturas, los matices
De una película que se edifica en las cuerdas de un soneto
Que dibuja entre versos sus  castrantes anhelos.

Sinestesia evidente donde el tacto escucha los sabores visuales
De un aroma que se funde sobre sí mismo:
El olor de sus huellas escucha la caricia y el sabor agridulce
Que se mira ensimismado, mientras la vista queda perpleja
Al escuchar la textura dulce de un aroma que fluye entre caricias.

…y al final es irremediable un lento retornar a cuenta gotas
 a una realidad contradictoria, limitada y limitante
ansiando otra vez abrir la puerta sutil de una soledad propositiva
donde hacer de la razón el combustible de su propia percusión.

                                               

                                                                      Juan Carlos Martínez Parra