viernes, 12 de enero de 2018

Feliz año 2018


Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace.
Jean Paul Sartre

La celebración del Año Nuevo es quizá una de las tradiciones más importantes en el mundo occidental y no en menor medida en el resto de las culturas, aun cuando existan diferentes fechas para esa celebración el objetivo es el mismo: despedir el año que termina, y recibir el nuevo tiempo que comienza, con la firme convicción de que todos nuestros propósitos se verán realizados.


La celebración del nuevo año se realizó por primera vez en la Antigua Babilonia, hace unos 4000 años. El Año Nuevo Babilonio comenzaba con la primera luna creciente (la primera luna nueva) luego del primer día de primavera (equinoccio vernal). Considerada como la estación del renacimiento, es muy apropiado que se celebre en ese momento, ya que se asocia con el sembrado de nuevas cosechas y el florecimiento de otras plantas. Por el contrario, el 1 de enero carece de significación astronómica o agrícola. El origen de la celebración del año nuevo en el hemisferio occidental y de cómo se estableció el 1 de enero como primer día del año, se remonta a la Antigua Roma, en la cual el año comenzaba en el mes de marzo, siendo además apenas compuesto de diez meses (Martius; Aprilis; Maius; Lunius; Quintilis; Sextilis; Septembris; Octobris; Novembris y Decembris). Durante el mandato de Numa Pompilio (753 a.C – 674 a.C) sucesor de Rómulo y segundo monarca de Roma, se crearon dos meses más al año: enero y febrero, sin embargo, marzo siguió siendo el primer mes del año, mientras que enero correspondía al undécimo mes. Con el devenir del tiempo, enero comenzó a cobrar gran importancia, puesto que se convirtió por tradición en el momento del año en que asumían el poder los antiguos cónsules romanos.

El emperador Julio César, auxiliado por el matemático Sosígenes, reformó el calendario extendiéndolo a 445 días, creando en el año 45 a.C un nuevo calendario, el cual recibiría en su honor el nombre de Calendario Juliano. En este nuevo sistema, enero se constituía en el primer mes del año, siendo entonces el 1 de enero el primer día del año.

Así mismo, la cultura del Imperio romano estableció que este día fuese dedicado a la deidad Jano, dios romano, identificado por una cara que mira hacia el pasado y otra que observa hacia el futuro, así mismo, Jano es tenido como el dios de los umbrales o de las  entradas y salidas y que poseía en Roma doce altares, a razón de uno por mes; además de su gran templo, que se cerraba cuando no había guerra.

El Papa Gregorio XIII, en el año 1582, realizó modificaciones al Calendario Juliano originando el surgimiento del Calendario Gregoriano, en el cual el 1 de enero no perdió su condición de primer día del año, sino que asumió el significado cristiano, de ser considerado el día en que le fue realizada la circuncisión a Jesús de Nazaret, por ser la fecha que se sucedía exactamente ocho días después del 25 de diciembre, fecha establecida en el año 204 d.C. por el Obispo de Roma Hipólito en su libro sobre Daniel en el cual aseveró que Jesucristo había nacido en esa fecha y así celebrar el nacimiento de la
figura central del Cristianismo.

A raíz de las conquistas realizadas en la antigüedad por el Imperio romano, y posteriormente en la Edad Moderna por parte de España en el Nuevo Mundo, el pensamiento occidental fue expandiéndose e imponiéndose a lo largo y ancho de este hemisferio. De esta manera, la costumbre de considerar el 1 de enero como primer día del año se volvió común denominador en todos los territorios conquistados.

En la actualidad el 1 de enero se ha convertido en una de las fechas más importantes, y no sólo de occidente, sino del resto del mundo, en donde independientemente de la cultura y religión se asume de modo convencional que este día comienza un nuevo año, así como el 31 de diciembre queda entonces signado a albergar la celebración en medio de la cual se despide un ciclo, para dar la bienvenida a un Nuevo Año.

Son muchas las tradiciones practicadas en las diferentes culturas para recibir el año nuevo entre ellas: comer 12 uvas; vestir algo de color rojo; sentarse en una silla y volverse a parar con cada una de las 12 campanadas; prender velas para alcanzar algún objetivo según el color, las personas que desean viajar portar maletas, escribir todo lo malo sobre una hoja de papel y quemarla a la medianoche, dinero dentro de los zapatos o portar monedas doradas.

Les deseo muchas felicidades, amables lectores, salud y bendiciones para el año que comienza.

Jorge Rodriguez y Morgado 2Twitter @jarymorgado
jarymorgado@yahoo.com.mx
conoSERbien; www.sabersinfin.com