Comentarios a partir de la lectura del libro:
EDUCAR(SE) Aportes a la educación para el siglo XXI de Abel Pérez Rojas
El camión avanza y me lleva por la ciudad en un recorrido que cotidianamente repite los mismos sitios, ofreciéndome todo un lenguaje donde el fróo o la lluvia han perdido el rumbo, hasta involucrarme a la existencia en la apreciación del otro.
El viaje es por puentes y bulevares, edificios con muros de cristal; modernas plazas que ofertan, a precio alto, el estatus. De súbito y sin miramientos, la ciudad muestra el otro lado de su cara. Con la cabellera sucia y enredada, la pobreza da el color pardo que sombrea otro mundo.
Escenas, paisaje: ciudad educadora, alma mater que se nutre de quimeras.
Somos un mar de fueguitos (Eduardo Galeano)
El camión se detiene en cada esquina; el semáforo insiste en el rojo; los fuegos arden con la diaria protesta.
Ser y celebrar y transformar el tiempo, aquí es donde se establecen las relaciones personales y sociales: las vivencias.
Conducta e intención dan cuerpo al conocimiento del presente, ese presente que muere ante una avalancha de progreso que lleva a los seres a un desencuentro.
¿Cómo evitar el anegamiento?
Lo que nos sustenta es la inteligencia colectiva, sus avances en pro de solucionar los problemas que aquejan al individuo que no tiene voz.
Una actitud atenta y dispuesta, y la aplicación de condiciones éticas y políticas que concedan atención al otro.
En la esquina otra vez el rojo.
Sin ocultarme, me atrevo a pensar en el traga fuegos, en el niño descalzo que ofrece chicles a los automovilistas; en los hombres que limpian los cristales de los parabrisas con una franela que ya es la extensión de sus manos jirones.
Deliremos:
Hagamos propio lo extraño, que no podamos vivir sin dar las armas del conocimiento al que carece de ellas.
Que las calles sirvan de aula para el aprendizaje informal.
Pausa: el volumen de la radio genera la banda sonora que amplía los límites de la pobreza que transita por las ventanillas del camión.
Y…
¿Si a cambio de monedas, arrojamos lazos de simpatía? Y que se establezca por ley música sugerente, agradable, que nos dé armonía.
Espacios públicos formativos que permitan la diversidad cultural donde se dé sentido al quehacer humano.
Espacios donde los individuos se representen, donde se pueda compartir la alteridad.
Que el actor, el poeta, el cantante y las orquestas tengan como escenario las calles, los parques y las casonas. En el entendido que todos somos artistas de nuestras vidas, y que sin el espectador no hay espectáculo. Como retroalimentación y convivencia con el otro.
La cultura es obra de la razón y de acuerdo con este pensamiento se configura como cultura todas las expresiones de la gente, así que, falta la visión de sí mismos.
Los seres se desdibujan ante el apuro de satisfacer el hambre.
El avance en educación queda en un mero discurso; el manipuleo es a largo plazo.
Una sociedad de libres con las mismas oportunidades tiene un futuro abundante en pobreza, porque los otros seguirán siendo medio y no un fin.
Un mundo no autómata: seres realizados, creativos y, por lo mismo, el saber no es privilegio de uno, actuemos en consecuencia.
Estamos en un momento de grave crisis cultural y se debería desarrollar la conciencia de vivir en un mundo multicultural. Combinar las diferentes tradiciones culturales con los valores de la modernidad.
Integrar al desheredado a las aulas; rastrear en los escondites a los que menospreciamos, y adrede ignoramos.
La realización de los seres humanos se cumple en la creatividad y no en un mundo de autómatas que acaparan el conocimiento.
“una vez contagiado
el educador permanente cumplirá su misión
si inocula con éxito el virus que lo libero” Abel Pérez Rojas
Es necesario regresar al pasado para recordar nuestra situación en relación a los avances en el tema en cuestión.
La multitud es impulsiva, versátil e irritable y se deja guiar casi exclusivamente, por lo inconsciente. Los impulsos a los que obedece pueden ser, según las circunstancias, nobles o crueles, heroicos o cobardes, pero son siempre tan imperiosos que la personalidad e incluso el instinto de conservación desaparecen ante ellos. Nada, en ella, es premeditado. Aun cuando desea apasionadamente algo, nunca lo desea mucho tiempo, pues es incapaz de una voluntad perseverante. No tolera aplazamiento alguno entre el deseo y la realización. Abriga un sentimiento de omnipotencia. La noción de lo imposible no existe para el individuo que forma parte de una multitud (Le Bon).
Es innegable la fuerza de las multitudes y su capacidad de destrucción.
El tiempo es corto y el aprendizaje ilimitado. Los eslabones que nos sujetan a la vida están hechos de educación.
El hambre es inmediata y rara vez los platos rebosan.
LETICIA DIAZ GAMA
Gracias, maestro por abrirme el aula de Sabersinfin.
En un mundo donde la tiza con la que se dibuja es fácilmente borrable, usted conceptualiza el aprendizaje.
Leticia Díaz Gama, poeta residente en la ciudad de Puebla, México.