La situación socioeconómica, la pobreza extrema de los niños mexicanos a los cuales se pretende educar, es uno de los aspectos más importante que el gobierno mexicano en su reforma educativa no ha analizado y contemplado con detenimiento y en cambio está cerrado al dialogo y se resiste a implementar un mecanismo que permita la participación de los maestros, padres de familia, alumnos y la sociedad en general para el análisis de la reforma educativa que aprobó el senado en forma unilateral, ante tal cerrazón lo que confirma el gobierno mexicano, es que son intereses ajenos al país específicamente intereses del imperialismo, los que dictan, definen y exigen la tal reforma educativa, que tiene como propósito educar para obedecer ciegamente y para servir a los intereses del imperio, como se percibe claramente, en lugar de ser una reforma educativa que garantice la emancipación, la construcción de la dignidad y la conciencia de los mexicanos. Por desgracia la pobreza en nuestro país es muy grave y la pobreza extrema va creciendo en forma alarmante por el vandalismo, la corrupción, la ambición desmedida, el robo y la falta de ética y moral del gobierno y los empresarios.
Por otra parte desde hace mucho tiempo se sabe que la exposición la pobreza aumenta en forma considerable los múltiples riesgos y probabilidades de que los niños muestren una mayor desregulación emocional, menos habilidades sociales y por consiguiente más problemas de conducta y aprendizaje. La pobreza también es la responsable de una menor participación de los maestros, los niños y los padres en el proceso de enseñanza y aprendizaje.
Por consiguiente una de las prioridades del gobierno para instaurar su reforma educativa debería de ser la intervención con propuestas y mecanismos que garanticen el desarrollo socio-económico de la población mexicana que permita salir de extrema pobreza para poder educarse adecuadamente. Curiosamente la pobreza extrema se ubica en las zonas donde la CNTE está luchando para que el gobierno reflexione y analice otros aspectos que deberían ser profundamente considerados y no solamente pensar como lo ha propuesto el secretario Nuño de educación, que la solución al rezago educativo de México es la evaluación de los profesores.
En lugar de la evaluación magisterial el gobierno debería incluir, fomentar e implementar un plan de estudios que contemple aspectos sociales y emocionales y capacitar a los maestros en habilidades eficaces de gestión en el aula y en la promoción de la participación de los padres de familia en las escuelas, ya que esas acciones estratégicas mejorarían el rendimiento escolar de los niños, garantizaría el éxito académico y la prevención del desarrollo de trastornos de la conducta de los educandos.
La reforma educativa debería considerar tres componentes fundamentales: la autorregulación emocional, la competencia social, y la participación de la familia en la escuela, lo cual evitaría la generación de problemas de conducta y permitiría el ajuste interpersonal de los niños y el éxito académico, además de disminuir el bullying escolar.
Para lograr una buena reforma educativa es indispensable mejorar las condiciones socioeconómicas que reduzcan la pobreza de los tres actores que participan en el proceso: los niños, los padres y los maestros y por supuesto mejorar las aulas y el ambiente ya que solo de esa manera se podrían reducir los riesgos de una mala educación que enfrentan los individuos socio-económicamente desfavorecidos que viven en pobreza y garantizar una educación de calidad de un nivel satisfactorio que permitan al educando tener una formación emancipadora, critica y construir una conciencia que le permita ser feliz.
Por supuesto que mientras prevalezca la cerrazón al dialogo y la negación al análisis de todos los aspectos de la reforma educativa por parte del gobierno, incluyendo a los diputados, senadores gobernadores y el presidente y algunos integrantes del gabinete y mientras no se combata la pobreza en la que los últimos gobiernos han metido a este nuestro México, jamás se alcanzara la educación de excelencia a la cual tenemos todos los mexicanos por derecho y garantía constitucional.
Imagen: mejorconsalud.com
Enrique Canchola Martínez es profesor de la
Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa.
E.mail: enriquecanchola@yahoo.com.mx
Publicado originalmente en Saber Sin Fin el 20 de agosto de 2016
