Continuando con las diversiones, toca a la música y los bailes. Don Julián fue buen bailador y muy fiestero, aquí nos platica de cómo la música permea a todos los hogares de los distintos niveles, y nombra algunos lugares donde era posible divertirse, bailar y relacionarse.
La música se integra de tal manera que forma parte de la vida social, no faltaba en las fiestas, ya sea de la iglesia o de la vecindad. La manera de conseguirla variaba de acuerdo a la ocasión:
“... (a) la fiesta del Refugio...llegaba un carro de sonido de la Sosa Laxante de Arrioja, pa’ bailar... ellos ponían la música, hubo un hombre muy mentado que se caracterizó en Puebla que le decíamos “el 40 Pelos”, un hombre muy pelado pero con gracia pa’ decir las leperadas, y llegaba la camioneta con el sonido y comenzaba a poner música y nadie (bailaba), nomás llegaba “el 40 Pelos” y comenzaba a bailar y ya todos comenzaban a bailar, ¡a ver!,... un hombre que iba al béisbol y se agarraba con toda la gente a leperadas porque lo ofendían y él les contestaba, ¿no?, pero era un ambiente ¿cómo le diré? bonito, porque decían las leperadas con gracia no con ofensa ¿no?.”
Las fiestas en la vecindad también se amenizaban con música, pero como no todos tenían un aparato para tocar discos entonces se alquilaba una rocola:
“...la novedad vino con las rocolas, que nosotros le pusimos “tragadieces”, porque con 10 centavos tocaba una pieza, enton’s (cuando) venía una fiesta
-Vamos a hacer baile.
-Vamos a alquilar un tragadieces-
ya alquilábamos el tragadieces y con eso bailábamos...”
Recuerda Don Julián que los discos eran grandes, de pasta, los tragadieces llegaban a tener hasta 50 piezas, 25 de cada lado del disco, algunas de las canciones que recuerda hoy vuelven a tener éxito como El Apagón, canción que se oyó primeramente por los años 41 ó 42, cuando la 2ª Guerra Mundial; otra melodía fue Hilitos de Plata, de María Luisa Landín; de Pedro Flores estaba La Despedida que era el himno del latino que se iba a la guerra; Amor Perdido, La Ultima Noche, de Agustín Lara una canción cuya letra recuerda:
Te me vas,
te me vas de la vida,
como van las arenas al mar
sabe Dios si otra vez volverás.
Ya los bailes públicos, más en forma, se hacían con orquestas, las famosas de Puebla eran:
“Fernando Guarneros, muy buena orquesta; la de Los Bombines Negros, una de las mejores orquestas de Puebla; ya le digo, había Lucha María, y otras orquestitas, casi todas...eran de pueblo.”
Todas estas orquestas tocaban, además de su música propia, los éxitos de orquestas como Dany Sho, Benny Goodman, Glenn Miller, Luis Alcaraz, Ever Dogla; interpretaban canciones como:
“Cuatro Vidas, Hilos de Plata, Sabor de Fruta Verde, canciones muy viejas, Nosotros, Ventanita Morada, son canciones que tienen más de 50 años... Ernesto Riestra, Juan García Esquivel...”.
1. Para Don Julián, el baile fue de un interés tempranero, con el baile no sólo inició su vida social sino que hubo de señalar profundamente su vida sexual.
“Ya en 40, yo tenía 15 años, ya venía la ilusión de bailar, entonces la cátedra de los buenos bailarines con el swing, y con el Foxtrot, y con el Tango, y con el Paso Doble...y el danzón que nunca ha muerto... fue el Balmori, este salón estaba situado entre la 10 poniente y la 12, hoy es un hotel... (sobre) 5 de mayo, casi con la esquina de la 10 poniente. El Balmori era un salón de 4 piezas de 6 metro por lado, con ventanas y piso de madera.”
Los lugares para bailar fueron identificados rápidamente, así recuerda ciertos lugares como El Palacio Federal (en la 5 oriente, atrás de Catedral), El Hospicio, Los Pinos, El Laguito, Montecasinos y El Retiro, estos dos de “categoría”; también hacían bailes en la escuela Enrique C. Rebsamen, en el Parque Juventud Revolucionario; el Teatro Hidalgo, donde las fábricas textiles hacían sus fiestas; El Salón México, en la 5 de mayo entre 18 y 16 poniente, fue conocido por la gente en son de burla como El Chicotazo, ahí iban las tortilleras y según Don Julián, recuerda que decía la gente que había un letrero con la leyenda “No tire usted las colillas en el suelo por que las damas se queman los pies”.
“...ahí hacían baile el día sábado toda la noche y el domingo y el jueves, pero pa’ bailar bonito: El Balmori, donde los bailes eran los jueves y el domingo”
Para aprender a moverse sólo había un camino, practicar:
“No, allá usté iba y veía usté como bailaban, sacaba usté a la pareja:
- No sé bailar
-Pus vas a aprender-
claro que iba usté seguido, seguido pus aprendía usté a bailar viendo; el mexicano tiene esa cosa, que el mexicano ve, lo aprende, lo aprende; no sé que tenemos, pero lo aprende a bailar”
Ahí en los salones de baile, Don Julián conoció y aprendió a tratar al otro tipo de mujeres: a las prostitutas. Aprendió a cortejar a las mujeres según el tipo de lugar: si eran fiestas eran señoritas y había que actuar con respeto, si eran salones entonces eran señoras con las que se podía tener un poco más de libertad en el trato. Dependiendo del salón eran las mujeres que asistían, así como había salones a los que asistían señoras “hechas y derechas” y una que otra señorita, también los había donde nada más iban prostitutas:
“En el Balmori casi iba pura prostituta y meseras, que era lo mismo, ¿no?”
La entrada al baile variaba pero lo normal era $ 1.50, la mujer entraba gratis, fuera acompañada o no, por bailar no se pagaba:
“El baile era de gratis, las muchachas llegaban y se sentaban en las sillas, comenzaba un danzón, iba usté:
-¿Bailamos señorita?- ¡bailamos! eso era todo, ya le digo a usté, no, no, no se pagaba; se pagaba cuando comenzaron a poner cabarets, de 4ª, 5ª categoría, había unas 30 prostitutas usté iba y pagaba 20 centavos y bailaba una pieza con la prostituta, no era orquesta, era el tragadiez, ahí usté pagaba, pero (en) los bailes públicos la mujer nunca pagó, ya le digo a usté, eso era lo bonito de Puebla.”
Otros lugares donde ocasionalmente se organizaron bailes fueron en las albercas, para este periodo funcionaban el Club Alpha(1) y el Balneario La Paz, donde el 9 de mayo se llevó a cabo la "primera exhibición de natación" (2).
Los bailes son así una forma de relacionarse entre hombres y con las mujeres, de los recuerdos que le vienen a Don Julián a la memoria de su estancia en México está el Salón California.
“El Salón México sí, lo conocí porque ahí junto... un cine que se llamaba el Venecia y ese cine... pasaba puras películas...pues este...pornográficas y ahí se juntaba fuera del cine una barbaridad de prostitutas y adelantito estaba el Salón México, pero pa’ no mentirle a usté, yo nomás pasé pero nunca entre, ese salón de baile tuvo una, pus, mala imagen, ¿eh?, ya le digo a usted,...los únicos que yo recuerdo que fui a bailar fueron Los Ángeles y fue ... el California, ...era al que más iba.”
“Ahí ya en el salón del California tocaba muy seguido Acerina con sus danzones, tocaba Luis Alcaráz, tocaba Juan García Esquivel, tocaba Ismael Díaz, Ernesto Riestra, Olivares, y la Orquesta de Ingeniería,....”
Además aquí en Puebla para bailar se anunciaban en el periódico el Dancing Lux, donde jueves, sábado, domingo y lunes se podía bailar con "orden y moralidad" por 80 centavos los caballeros y las damas gratis con derecho a guardarropa(3). Otros salones eran el Salón Cantina Montparnasse en la 8 oriente 214 un “lugar donde encontrará el mejor servicio de cantina, buena orquesta y gran salón de baile”, estaba el salón Recreo en la 5 de mayo y 8 oriente, se anunciaban también los salones Villa del Mar y Puebla en la 4 poniente 211 como “los mejores salones de baile con la orquesta Bombines Negros, orden y moralidad, bailes Domingos, Lunes y Jueves . Hay otros cabarets como el Saturno y el Iris, en la calle de Varela calificados como centros de escandalos.
(1) 26 de abril de 1932 La Opinión.
(2) 9 de mayo de 1932. La alberca Zamora o La Paz fue construida en terrenos del rancho San Sebastián Rivadeneyra propiedad de Antonio Zamora, fue inaugurada el 22 de abril de 1900. En 1920 pasa a ser propiedad de Agustín Galindo cambiándole el nombre, menguó por los llamados "bailes de las re-gatas". Cordero, op. cit. p. 439 T. I.
(3) 8 de mayo de 1932.
(4) Los Bombines Negros tocan en un baile en el Palacio Municipal con motivo de la visita de la Asociación de Propietarios y Gerentes de Hoteles llamada Gree Ters el 5 de enero de 1938, también tocan el año nuevo de 1935 en el Circulo Español
Jorge Alberto Durán Ramírez es profesor de Educación Física, licenciado en Historia, aprendiz de artista. Le gusta la música folklórica latinoamericana, que interpretó hasta antes de casarse; gusta de escribir cuento y teatro, actividad que inició después de casarse. Creyente fervoroso de que el amor es el motor del mundo, lo practica antes y después de casarse, la mayoría de sus escritos versan sobre el mismo tema: El amor