jueves, 19 de octubre de 2017

La Odontologia En El Mundo Islámico (Tercera Parte).


Albucasis resaltó la importancia de proteger las estructuras adyacentes cuando se cauterizaba al rojo vivo, y describe minuciosamente el uso de un tubo de cobre como cánula, advirtiendo que “después de la cauterización, el paciente debe mantener su boca llena de mantequilla durante una hora”.


 A pesar de que Albucasis  aconsejaba la prudencia en las decisiones sobre las extracciones de muelas, “ya que se trata de un órgano muy noble, cuyo posición no puede ser ningún en caso reemplazada de forma perfecta”, contribuyo considerablemente a la metodología de la extracción. Al final, advierte que deben tomarse precauciones para determinar cuál es el diente enfermo, ya que muy a menudo el paciente, engañado por el dolor pide que se le quite un diente que resulta estar sano (esto, añade, ocurre sobre todo cuando un barbero actúa como cirujano). Aconseja:
“Es necesario despegar la muela de la encía, en todo su perímetro con un escalpelo suficientemente fuerte; entonces bien con los dedos o con un par de fórceps ligeros la muela debe ser sacudida con cuidado hasta que se afloje. A continuación, el cirujano, sujetando la cabeza del paciente firmemente entre sus rodillas, debe aplicar un par de fórceps más fuertes y extraer la muela verticalmente para no romperla… Cuando esta esté corroída y vacía, es necesario llenar la cavidad con hilaza comprimiéndola con fuerza en el interior con la punta de una sonda, para que la muela no se rompa bajo la presión del instrumento… Es preciso, pues, evitar actuar como los ignorantes y alocados barberos, que en su temeridad no observan ninguna de las reglas mencionadas anteriormente, y producen a menudo graves heridas al paciente, siendo la menor entre estas la fractura del diente, dejando la raíz en su alojamiento, o arrancar junto con el diente una parte del hueso del maxilar, como el autor ha comprobado con frecuencia”.
Este pasaje nos aporta interesante información sobre los tipos de practicantes que realizaban los servicios dentales: el barbero (probablemente también su charlatán) y el mejor entrenado cirujano o médico. Albucasis recomendaba también la ligadura de los dientes flojos, sugiriendo incluso volver a colocar los dientes caídos atándolos con alambre a os dientes contiguos para estabilizarlos. También aconsejaba que cuando se perdían los dientes debían ser reemplazados con otros dientes artificiales hechos con hueso de buey y atarlos a dientes sanos.
Otras de sus grandes contribuciones medicas fue su descripción de la eliminación quirúrgica del épulis, a lo que el decía: “levantarlo con un gancho o agarrarlo con un fórceps cortándolo de su raíz dejando que el pus o la sangre fluya hacia afuera” Para cerrar la herida debían usarse polvos astringentes. Albucasis añadía que si el crecimiento  volvía a desarrollarse tenia que ser cauterizado, y así entonces ya no volvería a aparecer.

Bibliografia:
El Mundo Islámico, pagina 66. Historia de la Odontología Ilustrada, Malvin E. Ring. Mosby/Doyma libros.