domingo, 1 de octubre de 2017
Entre los poros de un poema (Poema)
Ya la sed de escurrirme entre los poros de un poema es tan suave
que la textura de un verso no logra expresar el cantar de tus aromas.
soy el mar que no aplacará su sed a pesar de que,
irremediablemente, eres el río que desemboca en él.
Mis ojos no se sacian de saborear tu nombre,
ni mi oído de ver los recuerdos de tu ausencia.
Codicio sin razón, abrazar las flores y el rocío, que
escurre cristalino, cuando el bosque y la jungla sientan la sed
de una lluvia que revista en la tierra una canción.
¡Siento el frio de un reloj paralizado!
¡Deja cubrirme usando por abrigo tu misma piel
para así adentrarme entre árboles silvestres
y vivir el dulce paladar de tu sombra por cobijo.
¡Tu piel escurre entre mis dedos y el erotismo exhala la sed
de un vapor que me desnuda eliminando la vergüenza!
¡las formas y esquemas sociales ya me estorban,
ya me ahogan con su asfixia inmunda ¡
Y son, con tu fuego reducidos a cenizas carentes de sentido.
Tan sólo unas palabras entraron barriendo pensamientos
al sacudir paradigmas y jornadas,
la religión y sus artimañas no logran su objetivo
cuando siento descubrir la sacralidad emanar en cada poro
pues Dios es la misma sinfonía que hace de mi
una nota más en su creación.
¡Y el aire juega irremediable sin inhibición alguna
mientras recorre el paisaje mirando el cansancio
de una intensa jornada que a sabiendas nos espera!
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Ya la sed de escurrirme entre los poros de un poema es tan suave
que la textura de un verso no logra expresar el cantar de tus aromas.
soy el mar que no aplacará su sed a pesar de que,
irremediablemente, eres el rio que desemboca en él.
¡Date la oportunidad de caminar conmigo en un renglón,
sembrando los frutos del camino mismo, ahora que,
hemos coincidido en encarnar el preámbulo de una poesía:
¡Soy un lápiz que se ahoga dibujando expectativas
y la obsesión de una esperanza inconsolada!
¡y tú la ilusa tinta y el papel que construye un texto que se asfixia!
Mientras dibujo en un verso las caricias de un anhelo,
letra a letra destilo también una aparente lejanía.
¡Con cada verso reconstruyo una esperanza
al tiempo que se manifiesta como fondo tu figura!
Cualquier instante es, una eterna rima que florece,
y su aroma la soledad que me corroe.
Mientras con cada letra me desgajo, basta tu aliento
unificándose en el mío para hacerme transpirar un verso!
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Ya la sed de escurrirme entre los poros de un poema es tan suave
que la textura de un verso no logra expresar el cantar de tus aromas.
soy el mar que no aplacará su sed a pesar de que,
irremediablemente, eres el rio que desemboca en él.
Todo ocurre en la húmeda habitación de una ilusión desvencijada
que manifiesta la alquimia de un candente afán.
Han pasado eternidades entre verso y verso
y el reloj se derrite por repetir tu nombre en el trópico de mis jadeos:
mantras que humedecen el erotismo embriagante de tu aroma,
y el recuerdo de un cigarrillo que se apaga.
A racimos, en tus barbas, busco el rocío de cada palabra
para oxidar con versos los frutos, que sirvan para humedecer el bosque,
y así adelantarme a recoger la lluvia de flores
que, espera cobijarme mientras sueño plantar poemas
en los estanques de una sed que no se apaga.
Cada verso que te escribo es el orgasmo de un tintero
que poluciona sobre los párrafos
y tus caricias la hipérbole de una fantasía
que jadea el calor de un verbo fresco!
Y Con el sudor de mis conceptos recorro el aroma
que emana el eufemismo de tu axila.
Es cada línea de este texto metonimia cruel para sublimar
la intensidad que habita la soledad que ya se oxida
enmoheciendo por completo toda ilusión.
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Ya la sed de escurrirme entre los poros de un poema es tan suave
que la textura de un verso no logra expresar el cantar de tus aromas.
soy el mar que no aplacará su sed a pesar de que,
irremediablemente, eres el rio que desemboca en él.
¡Y en medio del mar y la barbarie de su espuma
me interrogo sobre la imagen que de mi te has hecho
cuando me he dado la absoluta libertad de ser cual soy!
¡Por favor compréndeme: no deseo profanar tu cuerpo,
tan sólo busco alentarme entre tus dedos!
Busco hallar el camino de regreso para dar sentido
y dirección a cada día, encontrando el amanecer de una esperanza,
porque cuando la rutina estorba a la poesía
es el ritmo de tus jadeantes versos quien me ayuda a caminar,
saltando las veredas de un erótico conflicto que a cada línea ya se ahoga.
V
Ya la sed de escurrirme entre los poros de un poema es tan suave
que la textura de un verso no logra expresar el cantar de tus aromas.
soy el mar que no aplacará su sed a pesar de que,
irremediablemente, eres el rio que desemboca en él.
El calor transmuta. Es ahora una burda forja que intenta
a un ritmo sin ritmo y guiado por la desesperanza
deshojar la incandescencia de un poema,
que ya casi se deshoja, descargando repentinamente
un mundo sembrado ya de espasmos.
Y es en el instante de ese espacio donde todo concepto ya se borra,
y la eternidad se asoma en la unidad que a poco desfallece.
Un yo que se desolla y no se escucha
un yo que no se siente ni se vive:
el oído se aturde en el lamento de mi olfato,
el tacto solo puede probar el sabor de la derrota,
el olfato acostumbrado, a la podredumbre del alma,
huye del barco en busca del mar y su deriva,
pues la vida radica donde los olvidos yacen con la intensidad de sus cenizas.
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Ya la sed de escurrirme entre los poros de un poema es tan suave
que la textura de un verso no logra expresar el cantar de tus aromas.
soy el mar que no aplacará su sed a pesar de que,
irremediablemente, eres el rio que desemboca en él.
Todo es tan sólo la simple vacuidad de una sombra,
que al final retorna irremediable a la pálida amargura
de una ilusión embestida de tristeza.
Eres al final solo la ilusión que se siembra
en circunstancias donde no hay mayor opción
que masturbar tu imagen eyaculando versos.
Me levanto enfrentando la desnudez de mi cansancio.
Me aferro a recordar la totalidad de mis sentidos
en medio de esta soledad que, muere para renacer fortalecida.
…Y resurjo del cenagal, sabiendo de antemano,
que no hay camino más difícil que asumir la dignidad
de cargar la vida a cuestas llevando la analogía de mí sombra
por acompañante y guía.
Y sin saber la meta aprendo en cada paso a caminar sin dejar huella…
La noche, en la sinrazón, se hace eterna
y camino buscando enraizar un texto cuyos frutos serán la catarsis
de una soledad que anhela ser leída.
¡Por favor comprende que no busco profanar tu cuerpo,
tan sólo espero cobijarme entre tus dedos
para alentarme a seguir la marcha del camino!
Autor: Juan Carlos Martínez.
Imagen: juguetinosblog.wordpress.com