- La Historia Jamás Contada -
Una pregunta que de ordinario no se hace, pero que a veces permite
entender ciertos comportamientos y acontecimientos desconcertantes o incluso
terroríficos, lo mismo a escala individual que colectiva, es la que da título al
presente artículo. ¿Cómo puede ser esto posible, contradiciendo flagrantemente la
afirmación de que la Religión es inmanentemente buena y algo de lo mejor que posee
la Humanidad?
Bueno, habría que comenzar estableciendo qué se entiende por RELIGIÓN, si una ideología -esto es, un conjunto de ideas- de contenido
variado, eventualmente útil como referencia moral, siempre que se acepte la
validez de los principios que la fundamentan o…
Pasando estos puntos suspensivos entramos de lleno en el
contenido concreto, casuístico del asunto. Por ejemplo, después de mis primeras
inmersiones en la literatura psicoanalítica, me resultó obvio que la extendida
opinión de que la religión es connatural al ser humano, puede ser simplemente efecto
de un mecanismo de defensa que impide llegar a la conciencia a los recuerdos traumáticos
de cuando nos la impusieron.
Lo que nunca se me ocurrió es que la parte mítica de las
religiones pudiera tener un correlato real, es decir, que hubiera “presencias”
hasta cierto punto objetivas, responsables de los relatos de contacto con seres
divinos –el núcleo mismo de las religiones-, que usualmente damos por fruto de
una imaginación exaltada o, cuando mucho, de algún tipo de alucinación, espontánea
o inducida por un medio externo cualquiera.
Y aquí es donde entra SALVADOR FREIXEDO, el controvertido
investigador y escritor gallego recientemente fallecido que, tal vez por su
formación profesional como sacerdote, conocía y estaba lo suficientemente
sensibilizado en asuntos de religión como para percibir sus inquietantes
paralelismos con lo que ha dado en llamarse fenómeno OVNI.
He de decir que la primera vez que supe de él, fue en una de
las dos mayores librerías de esta Ciudad al reparar en un pequeño volumen con
el curioso subtítulo de: “cuando los ovnis aterrizan, los dogmas vuelan”, que
tomé –prejuicioso de mí- por un libro piadoso, sin imaginar que se trataba precisamente
de todo lo contrario.
Fue hasta convertirme en lector asiduo de CONTACTOS
EXTRATERRESTRES que, informándome con mayor profundidad a través de esta revista
icónica acerca de su obra y enfoque, fui haciéndome de sus libros. Lecturas
apasionantes, sin duda, aunque sin faltar ocasionales prejuicios y moralinas, finalmente
excusables como gajes del antiguo oficio sacerdotal de su autor.
Pues sí, lo que nos estaba poniendo frente a las narices don
Salvador –quien visitara esta Ciudad desde los años ’70--, era nada menos que
la cara oculta de la Religión, aquella de la que casi nadie habla, ya sea por una
ingenuidad intrínseca que les impide a unos ver cosas cuando menos sospechosas tras
la celestial beatitud de milagros y apariciones, o por lo perturbador que resulta
a otros tan sólo pensar en ello.
Pero bien vale la pena leer sus numerosos libros y seguir
sus conferencias, siempre con sentido crítico para sacarles provecho pero,
sobre todo, para darse el gusto –y el concomitante susto, por supuesto- de ver que la Realidad tiene ramificaciones
ocultas que llegan hasta el sancta sanctorum de nuestro Yo, que solemos suponer
inexpugnable, y que lo hace a través de cosas tan “inocentes” como la Religión
o… los Ovnis.
¡BUEN PROVECHO!
Fernando Acosta Reyes (@ferstarey)
es fundador de la Sociedad Investigadora de lo Extraño, músico profesional y estudioso de los comportamientos sociales.
Imagen: Internet