domingo, 12 de enero de 2020

La construcción patológica de la realidad



- La Historia Jamás Contada -

De un tiempo acá se ha venido insistiendo en medios académicos, a veces seguidos por los de masas, sobre la existencia de una crisis de SALUD MENTAL de proporciones sociales, bastante alarmante por sus previsibles consecuencias no digamos para la calidad de, sino la posibilidad misma de una convivencia civilizada y segura.

Aunque la alerta probablemente se diera por la desusada cantidad de suicidios, sobre todo entre los jóvenes y muy jóvenes, también habría que considerar la proporción de feminicidios, la ya característica actitud beligerante de los seguidores incondicionales del Candidato-Presidente y la siempre latente posibilidad de una repentina PSICOTIZACIÓN de colegiales considerados normales, además de una reserva siempre presente entre aficionados a actividades que van del consumo de drogas psicoactivas a experiencias al borde de la realidad, estas últimas cuyos riesgos ya he tratado en varias ocasiones anteriores.

Sin embargo, durante mi aproximación preparatoria al tema en la semana, me resultó evidente que, si bien todo parece indicar que se trata de casos de contagio psicológico, definitivamente no encajan en la categoría clínica de las folies à deux, trois, quatre, etc., propias de círculos cerrados cuyos miembros sostienen fuertes vínculos emocionales personales entre sí, sino más bien de Massenpsychosen cuyos pacientes ni siquiera saben que existen otros muchos con síntomas parecidos, a los cuales nunca conocerán en la vida.

Así que me veo obligado a plantear el problema en dos etapas o niveles: el propiamente clínico y el comunicativo (de masas), donde algo podría hacer la Sociología del Conocimiento, tal como la desarrollan P. Berger y T. Luckmann  en su libro LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DE LA REALIDAD.

Pero en este caso se trataría de una construcción donde sus elementos no son tomados de la vida cotidiana objetiva del sujeto, sino de una realidad virtual, sintética, creada por alguien más pero en la que el individui afectado se sumerge neuróticamente para desahogar su frustración crónica o, peor aún, que ha pasado a ser la única que tiene, una PSICOSIS, es decir, que ya sólo vive en su mente, pues acabó desconectándose definitivamente del mundo exterior, cuyos estímulos ya no lo alcanzan.

Tanto uno como otro caso de CONSTRUCCIÓN PATOLÓGICA DE LA REALIDAD se están dando ahora mismo, algunos espontáneamente, pero muchos más deliberados, como las fake news y la fanatización política o religiosa, cuyos fabricantes confían en recibir ganancias fáciles –no necesariamente económicas- al contar con el caldo de cultivo perfecto: un país en grave crisis social, como el nuestro, con millones de habitantes que sólo quieren ESCAPARSE de la realidad, temporal o permanentemente.

Pues así están las cosas, hay que asumirlo y elaborar nuestras propias ESTRATEGIAS personales y sociales para no convertirnos en uno más de los que simplemente han dado el paso fatal…

¿ALGUNA IDEA?



Fernando Acosta Reyes (@ferstarey) es fundador de la Sociedad  Investigadora de lo Extraño, músico profesional y estudioso de los  comportamientos sociales.

Imagen: Internet