- La Historia Jamás Contada -
Hará dos o tres días que, viendo por TVUNAM la retransmisión de una conversación de hace 15 años con
el doctor Luis Villoro, caí en la cuenta de que había dado con el “punto cero” – el momento de arranque de un
fenómeno o tendencia histórico-social- o algo así, de una moda intelectual aún vigente
en nuestros días, cuando puede afirmarse con relativa seguridad que hemos perdimos
definitivamente la inocencia. Dicha moda no es otra que la del retorno a la (vieja
y buena) COMUNIDAD.
La mítica Comunidad como antídoto a la soledad, impotencia y
deshumanización a que estamos condenados los individuos en un universo social enajenado
como nunca antes de nosotros, sus constructores y donde aparentemente
hasta los conceptos civilizatorios más venerables han dejado de ser referencia tanto de personas como Instituciones, dejándonos a todos sumidos en
una barbarie post-moderna a lo MAD MAX.
La conversación se desarrolló a un nivel
filosófico, pre-teórico incluso, sin ninguna pretensión de poner en práctica
las ideas y asociaciones que surgían durante la discusión, como es propio de la
Filosofía que, como bien entendieron los Clásicos, debe separarse cuidadosamente
de la Política, pues aplicarla sin más a la Realidad puede conducir a –o acelerar-
el desastre, pues el Idealismo no es inmediatamente compatible con el
Materialismo, siendo siempre necesarios algunos niveles o grados de TRADUCCIÓN
entre uno y otro.
Como thumb rule, hay que ir restituyendo gradual y
experimental (empírica)mente materialismo al idealismo de la Filosofía:
engorrosa tarea a que los filósofos no se dignan “descender” ni los políticos
tienen la capacidad o decisión de “elevarse”, atentos como están al efecto emocional
de sus arengas (demagogia, en uno u otro
sentido) entre el pueblo que los escucha. Así que para salir del impasse, estos
últimos toman lo que a su saber y entender parece aplicable y… el resto es
historia, la Historia de SIEMPRE.
En la conversación de marras, el maestro Villoro proponía el
caso del (neo)zapatismo chiapaneco como ejemplo de una democracia comunitaria,
donde no son más los partidos políticos los que toman las decisiones, sino los
propios habitantes de una comunidad, actuando conforme a una sabiduría
ancestral míticamente inmune al paso de las edades… ¿y de la economía política,
la industrialización, el capitalismo y sus consecuencias?, digo yo.
Si aplicáramos ese ejemplo hic et nunc, lo que trendríamos sería una… ¡consulta popular donde el pueblo “bueno y sabio” decidiría directamente!,
guiado de manera infalible por su intuición comunitaria milenaria, sobre asuntos que requerirían, por lo menos, de un planteamiento
serio y pormenorizado, más toda la información técnica, económica, histórica, política,
demográfica, ecológica, etc. disponible y además su discusión exhaustiva, tan sólo para
aproximarse a las posibles alternativas de solución o implementación de acuerdo
con predicciones científicas fundadas, para no hablar de la selecciones finales, los famosos Proyectos Ejecutivos.
Y no sólo en lo (vulgarmente) material, sino en cualquier otro
aspecto de la convivencia social, como en cuanto a los DERECHOS HUMANOS, que la Gente buena y sabia…mente adoctrinada por cualesquiera
representantes del Más Allá, puede liquidar con tan sólo ser llamada a “consulta
popular”, a pesar de décadas de concientización secular.
La apelación al sentido comunitario –de “pertenencia”, se
decía en los ’80 a los estudiantes de Psicología, tratando de invalidar la
intención de dos décadas antes de “ser uno mismo”- no sólo no resolverá
la apremiante situación actual, sino que eventualmente hará retornar lo PEOR de nuestro
pasado.
Así que para no caer en el, qué digo cuatro, sino "cuatrote" del Comunitarismo...
QUE TENGAN USTEDES UN BUEN AÑO Y REALICEN SUS PROYECTOS PERSONALES.
Fernando Acosta Reyes (@ferstarey)
es fundador de la Sociedad Investigadora de lo Extraño, músico profesional y estudioso de los comportamientos sociales.
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