viernes, 27 de diciembre de 2019

La trampa del “sentido de comunidad”



- La Historia Jamás Contada -

Hará dos o tres días que, viendo por TVUNAM la retransmisión de una conversación de hace 15 años con el doctor Luis Villoro, caí en la cuenta de que había dado con el  “punto cero” – el momento de arranque de un fenómeno o tendencia histórico-social- o algo así, de una moda intelectual aún vigente en nuestros días, cuando puede afirmarse con relativa seguridad que hemos perdimos definitivamente la inocencia. Dicha moda no es otra que la del retorno a la (vieja y buena) COMUNIDAD.

La mítica Comunidad como antídoto a la soledad, impotencia y deshumanización a que estamos condenados los individuos en un universo social enajenado como nunca antes de nosotros, sus constructores y donde aparentemente hasta los conceptos civilizatorios más venerables han dejado de ser referencia tanto de personas como Instituciones, dejándonos a todos sumidos en una barbarie post-moderna a lo MAD MAX.

La conversación se desarrolló a un nivel filosófico, pre-teórico incluso, sin ninguna pretensión de poner en práctica las ideas y asociaciones que surgían durante la discusión, como es propio de la Filosofía que, como bien entendieron los Clásicos, debe separarse cuidadosamente de la Política, pues aplicarla sin más a la Realidad puede conducir a –o acelerar- el desastre, pues el Idealismo no es inmediatamente compatible con el Materialismo, siendo siempre necesarios algunos niveles o grados de TRADUCCIÓN entre uno y otro.

Como thumb rule, hay que ir restituyendo gradual y experimental (empírica)mente materialismo al idealismo de la Filosofía: engorrosa tarea a que los filósofos no se dignan “descender” ni los políticos tienen la capacidad o decisión de “elevarse”, atentos como están al efecto emocional de sus arengas  (demagogia, en uno u otro sentido) entre el pueblo que los escucha. Así que para salir del impasse, estos últimos toman lo que a su saber y entender parece aplicable y… el resto es historia, la Historia de SIEMPRE.

En la conversación de marras, el maestro Villoro proponía el caso del (neo)zapatismo chiapaneco como ejemplo de una democracia comunitaria, donde no son más los partidos políticos los que toman las decisiones, sino los propios habitantes de una comunidad, actuando conforme a una sabiduría ancestral míticamente inmune al paso de las edades… ¿y de la economía política, la industrialización, el capitalismo y sus consecuencias?, digo yo.

Si aplicáramos ese ejemplo hic et nunc, lo que trendríamos sería una… ¡consulta popular donde el pueblo “bueno y sabio” decidiría directamente!, guiado de manera infalible por su intuición comunitaria milenaria, sobre asuntos que requerirían, por lo menos, de un planteamiento serio y pormenorizado, más toda la información técnica, económica, histórica, política, demográfica, ecológica, etc. disponible y además su discusión exhaustiva, tan sólo para aproximarse a las posibles alternativas de solución o implementación de acuerdo con predicciones científicas fundadas, para no hablar de la selecciones finales, los famosos Proyectos Ejecutivos.

Y no sólo en lo (vulgarmente) material, sino en cualquier otro aspecto de la convivencia social, como en cuanto a los DERECHOS HUMANOS, que la Gente buena y sabia…mente adoctrinada por cualesquiera representantes del Más Allá, puede liquidar con tan sólo ser llamada a “consulta popular”, a pesar de décadas de concientización secular.

La apelación al sentido comunitario –de “pertenencia”, se decía en los ’80 a los estudiantes de Psicología, tratando de invalidar la intención de dos décadas antes de “ser uno mismo”- no sólo no resolverá  la apremiante situación actual, sino que eventualmente hará retornar lo PEOR de nuestro pasado.

Así que para no caer en el, qué digo cuatro, sino "cuatrote" del Comunitarismo...

QUE TENGAN USTEDES UN BUEN AÑO Y REALICEN SUS PROYECTOS PERSONALES.



Fernando Acosta Reyes (@ferstarey) es fundador de la Sociedad  Investigadora de lo Extraño, músico profesional y estudioso de los  comportamientos sociales.

Imagen: Internet