miércoles, 4 de diciembre de 2019

“Que nunca callen los poetas”: una semblanza del Festival Internacional de Poesía Ignacio Rodríguez Galván


Texto: Luis Manuel Pimentel
Fotografías cortesía de varios y Caligari García

“Yo temblé de gozo, sonrió mi labio y se aclaró mi frente”
Ignacio Rodríguez Galván


PACHUCA-MÉXICO. Cuando se hace una reunión de poetas en cualquier parte del mundo es motivo para celebrar la comunión, el afecto y la honestidad por la expresión. Esa que se construye en la soledad y la reflexión, con un tono propio, con el estilo que cada uno explora ante la magnificencia de la oración, en el decir y revelar esa conexión entre el ser y la poesía como acto evocativo; hasta convertirse en una profunda voz del mundo que se suma a la memoria de los pueblos.

Eso fue lo que pasó durante el IX Festival Internacional de Poesía Ignacio Rodríguez Galván, realizado en la ciudad de Pachuca del Estado de Hidalgo-México. Se congregaron 104 poetas, entre ellos representantes de 24 países, el resto de la república mexicana y los anfitriones del Estado Hidalgo. Las actividades se realizaron desde el día 26 hasta el 30 de noviembre de 2019, momentos en que los poetas pudieron leer a viva voz sus textos en: lecturas especiales, instituciones universitarias, liceos, espacios alternativos, conciertos musicales. La organización calculó que se realizaron 208 lecturas, en las cuales se recitaron casi 1000 poemas durante el festival.

Breve conversación con el poeta Jorge Contreras, Director del Festival




Los poetas hablan sobre el festival

Marcelo Reis (Brasil)

“Para mí el festival significa la importancia del encuentro, el intercambio de experiencia de vida que atraviesa la poesía, y estos son momentos grandes que tuvimos desde compartir el pan en la mesa así como la gran oportunidad que tuvimos de escuchar a los demás, de viajar juntos; todo ha sido de una intensidad que todavía no sé cómo describir”.

José Falconi (México)

“Me dio mucho gusto recibir el reconocimiento porque tengo una buena relación con Pachuca, con sus escritores, principalmente con poetas hidalguenses, porque a mi taller llegaban poetas de distintos puntos del Estado de Hidalgo. Fue de gran satisfacción porque es un reconocimiento no solo de mi trabajo poético sino también a mi trabajo como maestro, a mi trabajo como coordinador de talleres de poesía”.

Leonardo Rossello (Uruguay/Suecia)

“El hecho de que una parte importante de los participantes tienen revistas literarias, o colaboran o forman parte del staff de revistas, multiplica el alcance que va a tener el festival, además del hecho de saber que el festival tiene un proyección nacional super importante dentro del Estado de Hidalgo, así como a otras regiones mexicanas”.

Pedro Serrano (México)

"Para mi significa un reconocimiento inesperado por el cual estoy muy agradecido; yo nunca he escrito para recibir reconocimientos, pero si escribo para que los poemas circulen en los demás, y este reconocimiento, como su nombre lo indica, es el re-conocer que esos poemas circulan y es una especie de felicidad inesperada”.

Martha Tremblay (Canadá)

“Adoré estar con la gente, con los poetas nacionales e internacionales. Tuve una preferencia en el viaje que hicimos a las escuelas, me gustó mucho poder transmitir a la juventud y encuentro que la poesía puede ser una herramienta muy útil y fuerte para crecer”.

Topete (Cuba)

El festival es un intento muy valioso por revitalizar la poesía en el universo de la cultura de Hidalgo y del mundo, también recordar la memoria histórica del poeta Galván, y además de eso, vincular la música nuestra que está cargada de poesía como un vehículo de comunicación con el público. Es una dicha este tipo de festival porque es un intento por engrandecer el universo de la poesía, la música y la danza”.

Grandes momentos en imágenes











El retorno sin fin

Me imaginé que le hacía una pregunta al poeta Ignacio Rodríguez Galván en el lobby del hotel. Quise saber qué pensaba sobre su festival homónimo, y el hombre me respondió con un verso: “Yo temblé de gozo, sonrió mi labio y se aclaró mi frente” mientras su mano la colocaba en el corazón.

Luego fue a su habitación. Lo acompañe y lo vi empacar la maleta. Dejaba atrás la experiencia y llevaba los días vividos y compartidos tatuados entre el pecho y el alma. Consigo iba el recuerdo de la experiencia más próxima a la hermandad, además de entender que todo pasa.

Ahora el poeta miraba una y otra vez la fotografía donde estaban todos los poetas en la plaza, como si fuera un momento donde la poesía estallaba y se volvía casa, refugio, ilusión, proyectos.

Así fue la grandeza del encuentro y el volver a la cotidianidad. Ante tantos versos vividos, ya nadie será lo mismo.