BOGOTÁ D. C., 09 de diciembre de 2019 — Agencia de Noticias UN-
Detrás de este trabajo se encuentra Maritza Aguilar Vélez, magíster en Ingeniería de Recursos Minerales de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Medellín, cuyo propósito era desarrollar una herramienta que contribuyera a poner los conocimientos geológicos sobre este tipo de minería al servicio de la prevención de accidentes, de la mano de la normatividad vigente.
Para esto la investigadora revisó la reglamentación existente de seguridad minera subterránea en Colombia, contenida en documentos como el Decreto 1886, que fue el resultado de la articulación interinstitucional adelantada por los Ministerios de Trabajo; de Salud y Protección Social; y de Minas, además de la Agencia Nacional de Minería y Energía, entidades que conforman la Mesa de Revisión de los Reglamentos de Seguridad.
Así mismo revisó casos de explosiones asociadas con fallas inversas –estructuras geológicas más propensas a acumular metano– en países como China, y estudios relacionados con los componentes geológicos que se deben tener en cuenta a la hora de evaluar el riesgo en las minas.
A partir de ahí determinó una serie de indicadores enmarcados en cuatro categorías que se deben priorizar en la gestión del riesgo: características del carbón que se extrae, rasgos geológicos y estructurales del proyecto minero, presencia de metano y ventilación en la mina.
Técnica del semáforo
La herramienta de evaluación propuesta por la investigadora –con la que espera aportarle a la gestión del riesgo de pequeños y medianos mineros como los que trabajan en el suroriente antioqueño– aplica la metodología semáforo, que presenta tres categorías marcadas con colores verde, amarillo y rojo.
El color verde se les asigna a los indicadores evaluados que cumplen las normas legales y las condiciones geológicas según los rangos delimitados y no es necesario tomar correctivos en el tiempo.
El amarillo muestra falencias de cumplimiento según los rangos definidos y se deben tomar acciones correctivas para mejorar las condiciones entre 15 días y máximo 2 meses.
El rojo revela que los indicadores evaluados incumplen los resultados esperados y que se deben suspender las labores en la mina inmediatamente, además de tomar acciones para mejorar en un lapso de 1 a 15 días.
Entre los factores a monitorear se encuentra la existencia de fallas geológicas y rupturas que se dan en el manto del carbón que alteran su continuidad. En estas estructuras geológicas se puede acumular el metano, por lo que la investigadora Aguilar recomienda que si se presentan se deben tener medidores de gas y estar alerta.
En cuanto a los sistemas de ventilación, se debe tener un mantenimiento constante para asegurar su adecuado funcionamiento y si se detectan fugas o la presencia de gas en las minas se debe evitar tener cerca maquinaria o instalaciones eléctricas que puedan iniciar el fuego.
Para evitar tragedias
La presencia de metano en explotaciones de carbón se ha visto como una oportunidad para generar energía si se consiguen capturar y aprovechar.
Colombia es un país con reservas de carbón importantes y con buen potencial de metano, por lo cual se vienen desarrollando conocimientos legales, ambientales, técnicos, geológicos y económicos acerca de buenas prácticas mineras, las que se deben efectuar para asegurar que los riesgos se gestionen profesional y eficientemente.
Como un aporte a estas iniciativas, la investigadora Aguilar se propuso hacer de su metodología de evaluación una herramienta sencilla que cualquier minero –legal o ilegal– pudiera emplear, especialmente en municipios como Amagá, Titiribí y parte de Venecia.
Para acercar estos temas a dichas poblaciones, actualmente se está gestionando la puesta en marcha de un programa de capacitaciones en las que se presente la metodología de semáforo a los mineros, gracias a una alianza entre la UNAL y la Gobernación de Antioquia.
El objetivo es evitar casos como la tragedia de la mina San Fernando de Amagá en 2010, cuando murieron más de 70 personas a causa de una explosión por acumulación de gases.
Fuente: agenciadenoticias.unal.edu.co