viernes, 20 de diciembre de 2019

Bajo aporte de hierro afectaría nivel académico de población escolar


BOGOTÁ D. C., 20 de diciembre de 2019 — Agencia de Noticias UN-

La investigación, liderada por el profesor Édgar Cristancho Mejía, del Departamento de Biología de la Facultad de Ciencias de la UNAL Sede Bogotá, tuvo como objetivo determinar si en el Pacífico colombiano la comunidad estudiantil de primaria y básica está supliendo las necesidades nutricionales según los índices propuestos por el Ministerio de Salud mediante Resolución 003803 de 2016.




Al respecto, el docente comenta que “en la resolución se establecen los niveles nutricionales que deben tener los niños en edades escolares, pero la normativa solo tiene tres años y no se sabe si actualmente los menores están cumpliendo el requerimiento calórico, lo cual quisimos determinar, además de hacer una serie de pruebas nutricionales y asociarlas con la actividad física”.

Agregó que “en el estudio se tomaron muestras de sangre para determinar si hay algún nexo entre niveles de hierro y rendimiento académico; sin embargo para llegar a una conclusión primero se debe establecer el consumo de hierro con la dieta y la reserva de este en las muestras que aún están congeladas en el laboratorio”.

¿Por qué importa tanto el hierro?

El hierro (Fe) es una parte constitutiva de la hemoglobina, una proteína que captura el oxígeno en los pulmones y lo lleva a los tejidos. Si los niveles de hierro son bajos, no hay hemoglobina y se transporta menos oxígeno al cerebro, con lo cual este no puede funcionar a su máxima capacidad.

“Esto tiene consecuencias tanto físicas –pues los niños no podrían correr igual– como intelectuales, porque el cerebro también requiere muchísimo oxígeno y energía. Uno se da cuenta de esto cuando lleva dos o tres horas estudiando, por ejemplo, y el hambre que produce el estudio no permite concentrarse”, señaló el profesor Cristancho.

Melissa Ostos, nutricionista de la UNAL e integrante del grupo de investigación, señaló que “los estudios previos han demostrado que las personas que presentan anemia tienen menor rendimiento académico, ya que esta es una enfermedad en la cual glóbulos rojos no tienen la capacidad adecuada para transportar oxígeno en la sangre”.

Pruebas físicas con resultados inesperados

Las pruebas se realizaron en el Instituto Tecnológico Agroambiental del municipio de Tadó, al suroriente de Chocó, con niños entre 10 y 17 años de los grados sexto a once, quienes en su mayoría provienen de áreas rurales.

El primer paso fue constatar si ellos se encontraban en buen estado físico para realizarles una prueba: “luego de la revisión médica, a los estudiantes vinculados se les realizaron las valoraciones nutricional y física”, cuenta el docente.

Según las entrevistas y la percepción del equipo frente a los tiempos de comida de los niños en el colegio y la alimentación en sus hogares, se determinó que “el consumo diario de nutrientes y los tamaños de la porción son deficientes y la calidad nutricional no es adecuada ni suficiente, mientras que el consumo de carbohidratos y grasas es mayor” aseguró la nutricionista Ostos.

“Esperábamos ver niños con desnutrición, pero encontramos algunos malnutridos en exceso, con evidente obesidad y sobrepeso, y probable malnutrición por déficit de micronutrientes, es decir que las vitaminas y los minerales no son suficientes en la dieta. Además, la cantidad de proteína animal y vegetal era mínima, lo cual apoya el bajo porcentaje de masa muscular y por lo tanto el insuficiente rendimiento físico que presentaron”, recalcó la doctora.

Sumado a esto, el profesor Cristancho indicó que “la zona tiene varios factores que no ayudan a que las condiciones sean favorables, como la presencia de grupos armados al margen de la ley y la contaminación de las fuentes de agua con mercurio causada por la minería ilegal”.

“En las muestras de sangre, el análisis previo muestra exceso de glóbulos blancos, que indican infección o parásitos de cualquier orden, lo cual puede estar asociado con el limitado acceso al agua potable en la institución” explicó el académico.

Las evaluaciones físicas también entregaron resultados poco favorables. Angélica Rico, fisioterapeuta de la UNAL, indicó que “en la prueba de flexibilidad las capacidades físicas no fueron las que esperábamos para una población que es reconocida por su capacidad aeróbica y potencia en las piernas”.

“La nutrición no está relacionada solo con la ingesta de alimentos, sino que debe ir acompañada de la actividad física; si no se dan estas dos condiciones esenciales, se aumenta la probabilidad de tener a futuro enfermedades crónicas no transmisibles como diabetes e hipertensión”, recalcó la fisioterapeuta.

Fuente: agenciadenoticias.unal.edu.co