- La Historia Jamás Contada -
Hace dos semanas, escuchando “La Mano Peluda” afterhours en
una emisora local, un hombre joven relataba sus experiencias después de haber
estado presente en una sesión de exorcismo. Conforme iba haciendo la historia
de las extrañas sensaciones que parecían perseguirlo tras la traumática
experiencia, comencé a reconocer lo que yo mismo había vivido durante más de un
año a partir de la madrugada del 24 de diciembre de 1989 en la que un amigo y
yo presenciamos lo que parecía ser la posesión de una joven con quien habíamos
estando disfrutando de esa velada previa a la Navidad.
Con el paso del tiempo fue desapareciendo la perturbadora sensación
–de hecho es todo un síndrome-, aunque sin dejar de presentarse ocasionalmente
en situaciones por completo ajenas al entorno terrorífico que la originó. Una
psicóloga que conocía me explicó unas semanas después, cuando le relaté el
incidente y sus secuelas, que ciertos síntomas orgánicos inusuales que se me venían
presentando, eran consecuencia del stress por el que atravesaba.
Volviendo al Programa en cuestión, los conductores sólo
acertaron a repetir al preocupado radioescucha lo que invariablemente aconsejan
a todos los aquejados –real o aparentemente- de un acoso “sobrenatural”: acudir
a un ministro –o similar- religioso para que le practicara un… exorcismo. ¡Pero
si eso fue la causa de todo!
Por ello es de la mayor importancia reconocer lo que se juega
en situaciones tan desconcertantes como una posesión o evento similar, pues rápidamente
se convierte en una reacción en cadena donde
las propias emociones de los humanos pueden hacer el “trabajo sucio”, esté presente
o no alguna fuerza extraña.
Ya en un artículo anterior, ÍNCUBOS, SEXO Y SALUD MENTAL (disponible
en este mismo blog), aparte de relatar algunas incidencias del caso que viví,
convoqué a los profesionales de la Salud Mental con una actitud abierta, a
participar tanto en el esclarecimiento de estos enigmáticos sucesos como a
brindar apoyo especializado a sus protagonistas y testigos.
Ayer, documentándome sobre el TRASTORNO
POR ESTRÉS POSTRAUMÁTICO, di con una página completísima que seguramente será
de utilidad no sólo a mis amables lectores semanales, sino también a los Investigadores
de lo Extraño y –me atrevo a decir- hasta a los mismos EXORCISTAS, al proporcionarles
una guía para deconstruir esos complicados casos en sus distintos componentes,
primer paso lógico hacia una solución que no deje todo a la fe, como suele ser la regla.
Pero el asunto no queda ahí, sino que la misma persona “posesa”
también exhibe muchos de esos síntomas durante la evolución de su padecimiento,
por lo que una aproximación clínica adecuada puede hacer la diferencia en el
camino hacia el restablecimiento de su salud mental, siempre comprometida en
presencia de tan intimidantes acontecimientos.
Tal vez les resulten extrañas estas reflexiones, pero son de
sentido común para quien vivió la experiencia inerme ante lo DESCONOCIDO. De
hecho, fue lo que me decidió a “profesionalizarme” en este campo, al que ya era (bastante) aficionado desde niño.
¡Ah, lo olvidaba! Este es el LINK.
Fernando Acosta Reyes (@ferstarey)
es fundador de la Sociedad Investigadora de lo Extraño, músico profesional y estudioso de los comportamientos sociales.