lunes, 8 de abril de 2019

Música mitiga dolor crónico en adultos mayores-UNAL


BOGOTÁ D. C., 05 de abril de 2019 — Agencia de Noticias UN-


Gloria Stella Sarmiento Alvarado, magíster en Musicoterapia de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), adelantó este estudio con nueve religiosas de 77 a 92 años de edad, de la Casa de Salud Madre Mazzarello de la Comunidad Religiosa Hijas de María Auxiliadora en Bogotá, a quienes les aplicó un proceso de 20 sesiones.

“El propósito fue unir la musicoterapia con un enfoque psicológico –en este caso el psicoterapéutico cognitivo conductual– desde las terapias de tercera generación, como las de aceptación y compromiso y mindfulness, y aplicar desde ahí la musicoterapia”, explica la investigadora, quien empleó en las sesiones canciones relacionadas con los gustos y la historia musical de las participantes, como pasillos, bambucos y otros ritmos colombianos.

“La idea era comenzar a trabajar en esas canciones, por ejemplo, si la composición se prestaba analógicamente para ver su situación personal o con otra técnica conocida en musicoterapia como expansión de sentido, que consiste en cambiar ciertos renglones de la canción y dejar otros para que al cantarla se produzca un resignificado a la letra”, indica la magíster.

Agrega que se emplearon métodos como el de “recreación y composición” para que las participantes expresaran cómo percibían sus dolencias, y para cerrar el proceso musicoterapéutico las participantes elaboraron una composición musical en la que resumieron sus aprendizajes frente al dolor.

Según la investigadora este es el primer estudio que se hace en Colombia sobre la influencia de la musicoterapia en el dolor crónico, aunque en Europa y en EE. UU. la literatura sobre el tema es abundante. Se trata de una condición que aunque no aqueja solo a los adultos mayores, estos suelen padecerla por el desgaste musculoesquelético propio de edades avanzadas.

“Es un dolor que acompañará al adulto mayor por el resto de sus días. Por ese desgaste les duelen los hombros, las piernas, las rodillas y los brazos, lo que los aísla y los deprime”, manifiesta la magíster, quien también analizó estas variables dentro de su estudio antes y después de llevar a cabo las sesiones.

Al respecto, en el estudio no se encontró ninguna participante en estado de depresión o ansiedad, lo cual es extraño según la investigadora, ya que en los reportes de la literatura estos dos componentes son muy frecuentes en el dolor crónico. Este resultado se repitió en los análisis finales y en el trabajo se relacionan con la implementación de la espiritualidad como estrategia para afrontar el dolor.

Monitoreo a las ondas cerebrales

Un aspecto novedoso de este estudio fue la aplicación de una diadema Emotiv Epoc con la que se registraron los cambios en las ondas cerebrales de las participantes durante la aplicación de una de las terapias. “Fue muy interesante ver en los registros y en los mapas topográficos que en algunos segundos la actividad cerebral se incrementó”, relata la investigadora Sarmiento.

Estos registros se compararon con los videos grabados en las sesiones para identificar las actividades con las que se relacionaban, como por ejemplo momentos en los que una de las participantes estaba muy compenetraba con la música de la canción, tocaba su instrumento o cantaba más fuerte.

“Incluso algunas participantes, en el momento que yo me acerqué con la guitarra a cantar frente a ellas, sonreían y cantaban más fuerte, en esos momentos la actividad cerebral se incrementó”, asegura la magíster.

Fuente: agenciadenoticias.unal.edu.co