domingo, 17 de marzo de 2019

Otras realidades




- La Historia Jamás Contada -

Por el título, podría pensarse que me ocuparía de un tema clásico del Misterio, pero no es así, al menos esta vez. Se trata en su lugar de un fenómeno o, mejor dicho, EFECTO, que suele pasar inadvertido para la inmensa mayoría de la gente, llevándola a hacerse una idea de las cosas que resultará en juicios y conclusiones acerca de ellas que, si bien son lógicamente impecables, están viciados de origen.

El asunto me lo sugirió la alusión de un conocido periodista al newspeak, el habla oficial del Estado totalitario descrito por George Orwell en su novela -¿profética?- NINETEEN EIGHTY-FOUR, que tenía la portentosa propiedad de que cualquier declaración emitida por el Gobierno, por absurda que resultara confrontada con la realidad objetiva, era sin embargo admitida como una verdad inobjetable a la vista de… ¿las cosas?

No precisamente, radicando en esto la clave del “misterio”, pues las facultades intelectuales del sujeto no trabajan directamente con las cosas, sino con sus representaciones y relaciones conceptuales, quedando la validez objetiva de sus resultados condicionada a la mayor o menor correspondencia entre las cosas y las palabras o conceptos que las designan.

Un divertido ejemplo de cómo opera esto en la práctica, lo proporciona la anécdota que tuve oportunidad de escuchar en 1980 en boca de un testigo que nos relataba cómo, durante una visita del entonces Presidente López Mateos a su Estado, éste hablaba entusiastamente de un puente recién construido ahí, afirmación que otro asistente próximo a él contradecía ostentosa y reiteradamente.

Tal actitud acabó por poner nervioso al funcionario, que envió un edecán a pedirle al interpelante que se acercara un momento. El invitado advirtió entonces a quienes lo rodeaban que, si algo llegaba a pasarle, el responsable sería el Presidente y siguió al enviado. Al llegar frente a él, los presentes los vieron intercambiar unas palabras, tras lo cual el paisano regresó a su lugar.

Ya ahí, todos le preguntaron expectantes qué había pasado. A lo que respondió: “el Presidente me preguntó la razón de que estuviera contradiciéndolo. Le dije que acababa de pasar por ahí y no había ningún puente. Entonces, sonriendo y dándome una palmadita en la espalda, me aconsejó: ¡Mire, amigo: viaje menos y lea más!

Pero esto de arreglar a modo el significado de las palabras o conceptos tiene un efecto aún más profundo, como lo explicó el filósofo frankfurtiano Herbert Marcuse en su libro de 1964 titulado EL HOMBRE UNIDIMENSIONAL, pues hace incapaz al sujeto de ir más allá, incluso teóricamente, de la realidad concreta tal y como está definida por el Poder, al grado que aún los disidentes, contra toda su voluntad, están atrapados en el flujo lingüístico o narrativa -como se dice ahora- dominante, haciéndole el juego a su adversario. (No otro era el objetivo de la monótona repetición, día tras día, del mismo discurso, como apuntaba en sus ONCE PRINCIPIOS Joseph Goebbels, Reichsminister für Volksaufklärung und Propaganda.)

Ya para concluir, si bien existen OTRAS REALIDADES -sociales, culturales, políticas, económicas-, para alcanzarlas o, cuando menos, entreverlas, es necesario primero abrirse paso entre la maraña del lenguaje oficial, desbrozándola de modo que las palabras y conceptos aparezcan en sus genuinas relaciones con las cosas, pues de otro modo sólo continuaremos... ENGAÑÁNDONOS.


Fernando Acosta Reyes (@ferstarey) es fundador de la Sociedad Investigadora de lo Extraño (SIDLE), músico profesional y estudioso  de los comportamientos sociales.

Imagen: klitimg.pw