domingo, 3 de marzo de 2019

El descalcismo de aquí y ahora



- La Historia Jamás Contada -

Quienes cultivamos el descalcismo, ya sea de antiguo o recientemente, por los motivos y con los objetivos que fueren y en cualquiera de sus múltiples modalidades, no podemos dejar de preguntarnos en un momento dado, cuántas más personas estarán haciendo lo mismo o pensando seriamente en hacerlo, pues se trata de un comportamiento lo bastante seductor en sí mismo como para generar sin mucho esfuerzo una MODA de alcance social, como sucede con tantas otras cosas en nuestras modernas sociedades interconectadas.


Pero lo que observamos en la realidad cotidiana parece contradecir esta expectativa. ¿Cuál podría ser la razón de la aparente incongruencia? ¿Por qué, si la proporción de quienes aprueban el descalcismo es contundentemente mayor a la de quienes se oponen, el número de descalzos públicos no parece crecer a la tasa que sería de esperarse, suficiente para generar una moda rampante? ¿Qué podrá ser lo que tan eficazmente continúa inhibiendo la decisión de un mayor número de simpatizantes de pasar ellos mismos a la práctica?

Tal vez no sea eso, sino sólo la falta de una difusión apropiada de lo que ha venido ocurriendo en este campo en fechas recientes. En otras palabras: ¿qué tanto se nos informa oficiosamente sobre el barefooting de aquí y ahora?, pues en una sociedad hipercomunicada, (muy) pocas veces nos detenemos a pensar qué puede estar siéndonos ocultado, deliberadamente o por inercia, a menos que se trate de algo que nos despierte un genuino interés.

¿Y qué hay de las ASOCIACIONES, tanto presenciales como on line, estas últimas pletóricas de fotos -selfeets, como las he llamado- de pies descalzos? Es obvio que el ejemplo, cuando menos en este caso, NO arrastra multitudes... ¡Bueno, ni siquiera parece motivar a individuos aislados! Un verdadero enigma sociológico.

Nada tan sencillo como quitarse -o ponerse, en su caso- el calzado y continuar con las actividades cotidianas: al menos así lo percibimos quienes hemos adoptado este estilo de vida. Por eso mismo debería estar más extendido entre la población y no ser exiguamente minoritario, lo que contrasta con la abundancia de referencias sobre él que se hallan en la Red.

Ahora que lo más enigmático del descalcismo aquí y ahora es por qué, si todavía hasta los años 70 constituía una opción a considerar por quien quisiera liberarse un poco de la rutina, algo así como tomarse una temporada extra de vacaciones sin tener que abandonar sus deberes o tareas socialmente necesarias, ahora no parece ejercer este appeal ni siquiera entre los “descontentos de la Civilización”, que parecen decantarse sin más por la violencia.

¿Qué nos dice entonces el BAREFOOTING aquí y ahora? ¿Que se trata tan sólo de una preferencia individual finalmente aceptada por la sociedad? ¿O, por el contrario, de un TABÚ tan profundamente enraizado en el inconsciente individual, que sólo circunstancias extraordinarias pueden hacerlo a un lado?

Hay mucho que entender todavía acerca del silencioso poder coercitivo de la Mayoría sobre el individuo que reclama así sea sólo un poco de su Libertad: un asunto POLÍTICO que parece estar en la base de una tendencia CONFORMISTA generalizada que se expresa en cada vez más aspectos de la vida social contemporánea.

 
Fernando Acosta Reyes (@ferstarey) es fundador de la Sociedad Investigadora de lo Extraño, músico profesional y estudioso de los comportamientos sociales.

Imagen: inaisonfire.wordpress.com