1 de marzo de 2019
Su locura se manifestó en cosas simples:
tarareaba una sinfonía que solo ella escuchaba,
fotografiaba sin cámara en mano,
brincaba charcos con el arco iris al fondo,
le llamó hermano al prójimo,
besaba y acariciaba las nubes.
Gritaba ¡te amo!, abrazándose a sí misma,
le dijeron que esa locura no tenía remedio,
que era progresiva y contagiosa,
le dijeron que le quitaría días de vida,
pero comprobó lo contrario,
le dio vigor y consciencia,
le dotó de una chispa
que ebullía por todos sus poros.
Dicen, dijeron y dirán miles de cosas
de ese tipo de "locos",
de ese tipo de seres
que lo único que hacen es despertar un poco.
Abel Pérez Rojas (@abelpr5) es escritor y educador permanente. Dirige: Sabersinfin.com
