- La Historia Jamás Contada -
Esta semana tuvimos un interesante debate sobre PSICONÁUTICA,
entendida como el consumo de plantas sagradas para liberar a la mente de sus
ataduras convencionales. Hasta aquí todo es perfectamente entendible y más o
menos de sentido común. Pero donde las cosas comienzan a complicarse, es cuando
sus practicantes afirman llegar en su viaje -interior, por definición- hasta la
misma realidad objetiva e incluso tener efecto sobre ella.
Viene a cuento inmediatamente la definición de ESOTERISMO,
en su sentido de “lo que está dentro de uno”, subjetivo y de naturaleza más bien
psicológica, susceptible de ser explorado en gran cantidad de formas, tanto en
solitario como con asistencia externa, al natural o mediante algún tipo de
estimulante -químico, por ejemplo-. (Recuerdo una canción del grupo cómico-musical
argentino LES LUTHIERS titulada “CHACARERA DEL ÁCIDO LISÉRGICO”, precisamente sobre
los viajes propiciados por esta sustancia, con la frase “conozca el Interior” a
manera de estribillo, como si de un promocional turístico nacional se tratara.)
Pero más allá de esto, entramos definitivamente a otro
terreno: el de lo mágico, paranormal o misterioso, que exige un tipo muy
diferente de aproximación y donde el concepto mismo de “Realidad” debe ser
redefinido para garantizar un mínimo de validez a cualquier posible hallazgo.
No se trata de convertirse en cientificista, pero tampoco de precipitarse en la
credulidad o la fe sin más.
A mi modo de ver, dos son los determinantes históricos de
esta confusión entre un campo y otro: por una parte, la expansión teórica de
grandes bloques del Conocimiento humano a partir de conceptos tomados prestados -provisionalmente
y para fines ilustrativos más que explicativos- de otras áreas, como en el
ejemplo clásico de la Física cuántica, usada para “explicar” fenómenos que aún
desafían cualquier intento de hacerlo racionalmente. Por otra, el auge del
constructivismo, que atribuye cualquier certeza acerca del Mundo que nos rodea,
a una simple construcción (inter)subjetiva -de naturaleza ideológica- de la
Realidad, es decir, da un “salto cuántico” -para no salirse de tono- del viejo Positivismo
al Relativismo total, donde todo es posible.
En este punto viene bien una dosis de escepticismo, en el
sentido de ἐποχή, esto es, abstenerse de responder dogmáticamente en favor de
uno u otro e intentar en cambio hallar una respuesta mejor fundada a la
cuestión de qué esperar -y qué no- de una exploración en principio puramente esotérica,
dentro de uno mismo, después ya vendrá preguntarse qué hay MÁS ALLÁ de eso y si
es accesible o no desde el propio interior: una cuestión de método, después de
todo.
Todo se reduce -decía mi amigo Roberto una vez que le
comentaba sobre lo intrigante del fenómeno OVNI más allá de la “certeza”
mediática- a la vieja cuestión de si son OBJETIVOS o SUBJETIVOS. Éste es el perenne
punto de partida en cualquier investigación trascendente, del tipo que sea.
Esoterismo, Magia, Misterio: campos abiertos no sólo a la
imaginación, sino también a la CRÍTICA y la FILOSOFÍA…
Como de pensarse, ¿VERDAD?
Fernando Acosta Reyes (@ferstarey) es fundador de la Sociedad Investigadora de lo Extraño (SIDLE), músico profesional y estudioso de los comportamientos sociales.
Imagen: www.contrainfo.com