Servirse de un cargo público para enriquecimiento personal resulta no ya inmoral, sino criminal y abominable.
Cicerón (106 - 43 a. C.)
En todos los países del mundo existe corrupción y México no es la excepción. Desde la llegada de Hernán Cortés a la Nueva España empezaron a desviarse los impuestos que debían entregarse tanto al encomendero como a la Corona. Lo inmenso del territorio de Nueva España y lo difícil de las comunicaciones hacían muy fácil el evadir todos esos procedimientos oficiales.
El primer Virrey Antonio de Mendoza, fue acusado de recibir dádivas y presentes por parte de algunos encomenderos para aumentar los beneficios de los que gozaban o para acrecentar sus extensiones territoriales. El mismo Virrey fue acusado de embolsarse 2,000 ducados de oro anualmente durante los 19 años de su gobierno, los cuales habían sido asignados por el Rey Carlos V para los salarios de las personas que estaban a cargo de su cuidado.
Evidentemente que, si la cabeza del Virreinato promovía la corrupción, sus subordinados seguían tan lamentable ejemplo. Así, durante los 300 años de dominación española en América, muchas figuras de corrupción se enquistaron en la sociedad Iberoamericana y muchos puestos actualmente (como los de los políticos) tienen su origen en la época colonial.
El término corrupción encuentra sus orígenes en la palabra griega corrumpere, que significa arruinar o echar a perder. El concepto de corrupción está relacionado con el honor y la moral destruidos o deshechos. Cuando perdemos la integridad, lo vemos reflejado en los hechos, nuestro desempeño y rendimiento ya no son los mismos y es usual que resulten afectadas otras personas. Las personas corruptas son egoístas y ambiciosas, sólo buscan su propio beneficio, así signifique perjuicio para los demás.
Es por esa actitud, prevaleciente en la mayoría de las naciones del mundo, que la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), el 31 de octubre de 2003, en la Resolución 58/4 "decide que, a fin de aumentar la sensibilización respecto de la corrupción, así como del papel que puede desempeñar la Convención para combatirla y prevenirla, se proclame el 9 de diciembre de cada año como Día Internacional contra la Corrupción".
De acuerdo con datos de la ONU cada año se paga un billón de dólares en sobornos y se calcula que se roban 2.6 billones de dólares anuales mediante la corrupción, suma que equivale a más del 5% del producto interno bruto mundial. Se calcula que en los países en desarrollo se pierde, debido a la corrupción, una cantidad de dinero diez veces mayor que la dedicada a la asistencia oficial para el desarrollo. La corrupción es un delito grave que frena el desarrollo económico y social en todas las comunidades.
La gente a menudo piensa que está a merced de la corrupción y que es solo un modo de vida. Sin embargo, cada sociedad, cada sector y cada ciudadano se beneficiarían de unirse contra la corrupción en la vida cotidiana. Se sabe que en los países en los que se perciben altos niveles de corrupción, el ingreso per cápita es menor; la distribución del ingreso es más injusta; hay bajos niveles de inversión extranjera y nacional, así como bajos niveles de crecimiento económico. El grado de desarrollo de un país está relacionado negativamente con los niveles de percepción de la corrupción, por lo que podemos decir que ésta es una de las características del subdesarrollo.
Transparencia Internacional lamentó la falta de esfuerzos en el mundo para combatir la corrupción al publicar el Índice de Percepción de la Corrupción de 2017, liderado por Nueva Zelanda y Dinamarca como los países más limpios, Venezuela es el país latinoamericano peor situado, en el puesto 169, al mismo nivel que Irak, mientras que Uruguay obtiene la mejor puntuación del grupo, situándose en el número 23. México se ubica en el 135 de 180.
Transparencia Internacional subraya la relación entre los niveles de corrupción y la libertad de prensa al indicar que, "en los últimos seis años, más de nueve de cada 10 periodistas fueron asesinados en países con puntuaciones bajas en su índice. Uno de cada cinco periodistas que murieron estaba trabajando en investigaciones sobre corrupción”.
Así que, si algún europeo critica a nuestro país por el grado de corrupción en el que vivimos, habría que recordarle que ese sistema alguna vez cruzó el Atlántico y llegó a nuestras costas para ser asimilado durante 300 años, por lo que habrá que hacer un esfuerzo de igual magnitud para erradicarlo de nuestra sociedad.
Juzgue Usted, amable lector.
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conoSERbien; www.sabersinfin.com