jueves, 1 de noviembre de 2018

Poemas deshumanos, de Javier Rojas (Colombia)


Cuando uno lee estos poemas de Javier Rojas es como si tuviéramos enfrente un coletazo de esa escuela de poetas nadaistas que nos legaría Gonzalo Arango y su combo de la Colombia de los años 60, 70, 80. Es la mirada visceral de la realidad convertida en poesía, y la poesía mostrada como un artefacto idóneo para criticar los días. Por eso encontramos un poeta que se libera de toda intención academicista, y lo simbólico del lenguaje lo vuelve un puñal para liquidar a cualquiera que lo agarre desprevenido. Rojas utiliza los artilugios de la tradición oral colombiana para componer sus versos, que sugieren, claros episodios conectados con la desesperanza como un signo de estos tiempos.

Luis Manuel Pimentel




HUMUS

¡Qué tristeza! Ser como la tierra 
y tener todavía esperanzas de andar, 
de amar.
Santiago Dabove
Miro y espero,
crezco después de muerto
crezco tanto
que me asfixio
en este cofre de polvo.

¿Me preguntas por la vida?
como todo,
como si aún la tuviera puesta.

Miro y espero,
voy hacia adentro,
me como mis uñas,
mastico mis huesos,
miro mis cuencas,
crezco al centro,
me enrollo en la médula y cuento los años
en los aros de los troncos,
me respiro los susurros hervidos
que dicen mis tripas.

Miro y espero,
el vapor de arsénico
que sembré en el viento
lo cosecho en el almíbar negro
de la tierra que me besa,
y se mete
en estas mis venas,
donde cojea el miedo.

La tierra es un buitre sin alas,
con su luz de arcilla
y sus picotazos de piedra
se lleva mis dientes.

Mientras 
miro y espero,
me vuelvo agua de moscas
Y un esqueleto de tierra.

***

HUELO TU SANGRE...



Huelo tu sangre,
la huelo
y la odio.

Porque la sangre viene
de la sal del mar
una sal enferma,
y toda enfermedad es la madre
original del hombre.

La sangre que nos revuelve
en el pantano de los días,
se diluye en pilas benditas de microbios,
un bautismo de gérmenes benditos
en este santo caldo de cultivo
donde mean los turistas.

Mis venas son fango
cuelgo en ellas la rabia seca
de todas las cosas 
para recordar
que respiro y me pudro.

El hombre es llanto
y se quiere olvidar de si
pero no puede,
su carne
es el dolor del mar.

Este cuerpo
que me pesa y me lleva lento
cuando soy mi sombra,
este cuerpo amanecido
que se cae encima al ser hueco,
me derrumba en pedazos
para sepultarme
sin años 
entre los últimos días.

***


GARGANTUA


Tengo hambre,
siempre tengo hambre
y el hambre come de mí.

Cuando el hambre me buscó en las uñas
devoré la punta de mis dedos,
y luego 
rezando devoré a Dios,
devoré a los ángeles
y sus plumas se quedaron entre mis dientes.

Siendo piel quemada
devoré al sol,
escupí sus pelos rojos en la cara del hombre
y de sus miedos.

Devoré su agua, 
su sal,
las ciudades de vidrio y mugre, 
pero aun así 
tengo hambre.

Me llené de ellos, 
me inventaron con su apetito, 
me coronaron con el cielo,
y los montes de su carne.

A su honor 
soy el héroe más grande 
pues acabé con la gula 
que llamaban Hombre.


***


NO BUSCO

No busco el silencio que se robaron las ventanas, 
no busco perderme
ni ser él,
busco el ruido humano
el mismo que ensordece 
la cima de todos los montes.

No busco la plata lunar,
aburrida,
no busco sus reflejos 
de paludismo
y nada,
no busco la puta de los versos,
busco que la tierra,
con su ternura negra,
me lleve y me libre de sus mareas.

No busco la soledad
de la Tenia estomacal 
que pinta de funerales los floreros,
busco las multitudes
sus olores,
sus gritos
y el alarido de sus puños.

No busco la belleza de las cosas
porque ya la castigaron,
no tengo una alondra en el corazón
sino un buitre en el intestino
que me dicta los martillazos
donde clavo la carroña de mis días.


***


PIÑATA

Los suicidas se parecen al domingo
los imbéciles al miércoles
y los muertos al lunes que esperas.

Como las piedras enfermas
esperas
escupido por un bulto de tripas y sal
un cartón esperas
ya sonámbulo
casarte esperas…
casado
e hijos esperas…
hijos
y morir esperas…
naciste muerto
y siempre muerto
del hilo esperas.

Cabeza de lápida,
el purgatorio es una fila de banco
donde una corbata cuelga de tu nombre,
cuando vengan por tus huesos
súbete a la horca de su nudo ingles 
y sonríe como un péndulo.

Sangre de batracio,
con el cabello que pierdes
la muerte anuda una cuerda que busca tus pies
para halarlos con sus dientes de coral.

Y mientras, 
amarrado al techo,
los niños te rezan el culo
con un palo borracho y pendenciero.


***


COLUMBA

Traga palomita
¡Traga!
que los maíces explotan y zumban
¡Rápido!
que se los roban.

Embute palomita
¡Embute!
Que tus huesos se escurren de hambre
¡No!, ¡no vomites!
¡Mira como dejaste mis botas!
Lame que te quieren llena de gas 
y granos de pólvora
rápido palomita
rápido
todos están mirando.

Límpiate el pico que te van a disparar
mira que te lanzan semillas carnudas
mira que me volaron una pata
mira tú 
me reventaron los ojos
¡No importa!
come y come 
que yo salto con mi cojera
come de mis pedazos
masca su cascara gris.

¡Vuela palomita! 
Vuela
con Eolo soplando en tus tripas sube
cágate en sus bocas 
y préñalas con fuego blanco
con su fuego amigo
para que griten de alegría.

¡Tranquila Palomita!
Tranquila
cuando agoten los tiros de maíz miseria
te picotearas el hígado
harta de tanta paz.



****


Javier Rojas (1986): Poeta y cuentista. Ha publicado cuentos y poemas de su autoría en varias antologías. Ganador del 1er concurso internacional de poesía “En el país de los nadaístas” (2015), bajo el seudónimo Atómico Tropical; también resultó ganador de una beca del 2015 para la edición de talleres literarios del Ministerio de Cultura de Colombia con la que publicó un libro de poemas titulado “Ríos ParaLelos II” (2015). Actualmente reside en Bogotá y es estudiante de Español y Filología clásica en la Universidad Nacional de Colombia.