9 de septiembre de 2018
“Renace a nuevos horizontes, más historias, más reencuentros…”.
Abel Pérez Rojas.
Vamos por la vida tan bloqueados que no nos percatamos de las oportunidades, de las enseñanzas y de las maravillas que nos rodean.
Como nuestra vista no da más allá de la nariz, entonces nos limitamos a lo inmediato, a lo seguro, a lo que está a nuestro alcance.
Pienso en todo esto mientras repaso con atención un proverbio chino que dice así:
“Cuando el ojo no está bloqueado, el resultado es la visión. Cuando la mente no está bloqueada, el resultado es la sabiduría, y cuando el espíritu no está bloqueado, el resultado es el amor”.
No sé tú, pero lo que yo veo son personas bloqueadas por todos lados, yo mismo me considero en cierto grado una persona bloqueada cuando consiento que los parámetros para contrastar están al menos muy marcados por la sabiduría oriental: visión, sabiduría y amor.
Visión, que no mirada, para poder ver totalidades, para entender en dónde estamos parados y para dónde vamos.
Visión para comprender nuestras circunstancias, es decir, el aquí y el ahora entre la infinitud del universo y en el contexto social del lugar en el que vivimos.
Sabiduría para comprender las limitaciones de la mente, los alcances de nuestros dones y poder caminar entre la bondad y la perversidad.
El tercer componente es sin lugar a duda la clave de los dos anteriores: el amor.
El amor en su plena extensión y no sólo como una manifestación consanguínea o sexual.
El amor que es esa energía que fluye por todo nuestro ser y que cura lo que la mente y las emociones no logran asimilar correctamente.
En contrasentido, si estamos bloqueados, de acuerdo con este proverbio, vamos como barco sin veleta y en alta mar por donde nos lleve la corriente.
Cuando uno se encuentra bloqueado no surgen y transitan las ideas correctamente, nos sentimos en una especie de círculo vicioso, sin ideas novedosas y con cierta ansiedad.
¿Cómo desbloquearse?
He ahí una buena pregunta.
Es importante desbloquearse a partir de darse cuenta en dónde estamos parados, poniendo en práctica tanto lo que intuimos como lo que estudiamos.
Entender que gran parte de este bloqueo se debe a las expectativas sociales que asumimos como propias, pero que en realidad nos han sido impuestas por la moda, el mercado y las mentes perversas que han perfeccionado cada vez más las “jaulas” de cristal en las que vivimos.
Meditar y orar es una especie de ponerle “pausa” a la película que altera nuestra mente y nuestros corazones.
Alguien alguna vez me dijo que cuando me sienta que las cosas no avanzan me tome unos minutos, unos días, me aleje de la “realidad” que estoy viviendo y luego vuelva, que eso me va a dar otra perspectiva y que no me centre en el por qué son las cosas de tal o cual manera, sino para qué son así las cosas, qué es lo que debo aprender y cómo me veré fortalecido una vez transcurrido lo que estoy viviendo.
Así que, si esto te sirvió te invito y me invito a poner manos a la obra, ¿te atreves?
Abel Pérez Rojas (@abelpr5) es escritor y educador permanente. Dirige Sabersinfin.com
Imagen: Pexels - Pixabay