domingo, 16 de septiembre de 2018

Política y censura: la fallida "identidad nacional"



- La Historia Jamás Contada -

El 15 de septiembre es la noche mexicana por antonomasia, con sus celebrantes convencidos de refrendar su nacionalidad vistiéndose de charros o de chinas y oyendo la música apropiada: no otra que la popularizada por las películas de la “Época de Oro” y la radiodifusión privada de entonces.

 Una visión demasiado estrecha de nuestro País y su -en ellas inexistente- DIVERSIDAD CULTURAL, calcada de las producciones “étnicas” hollywoodenses de la década anterior, cuyo objetivo era entretener sin problematizar innecesariamente al público del país vecino mediante la exposición de toda clase de vestidos, costumbres e historias exóticas. Al fin que nadie se iba a quejar… allá.

Si todo hubiera quedado en eso, no habría pasado de otra de tantas modas cinematográficas o musicales, pero no: tenía que oficializarse, limitando drásticamente no sólo la AUTOCONCIENCIA de los habitantes nativos sino sus posibilidades de evolucionar como sociedad siguiendo su propia y contradictoria dinámica interna.

 Por el contrario, fijó personajes y comportamientos, de modo que todo “buen mexicano” (¿?) quería ser exactamente como el protagonista arquetípico de aquellas producciones, esto es, “el muchacho chicho de la película gacha”. (“Chorros de churros de charros”, declamaría sarcásticamente décadas después un cómico de la televisión estatal.)

Del medio del espectáculo o entretenimiento de masas pasó directamente a la Educación pública, con los docentes dilapidando su tiempo de enseñanza y el usualmente exiguo presupuesto de los padres de sus alumnos montando estas “mexicanísimas” producciones, en una insana competencia entre sí, al grado de que en el medio provinciano, la calidad de un maestro se medía por la cantidad de “bailables” que ponía y no por el desarrollo intelectual, cultural o cívico que alcanzaran quienes tenía bajo su cuidado.

Como era de esperarse, las contradicciones entre esta visión estática y, en cierto sentido también, extática de la sociedad, sus costumbres y valores -estéticos, morales, ciudadanos- e ideología en general, y la sociedad real se multiplicaban, llegando a provocar desencuentros, crisis y hasta rupturas entre individuos o grupos de distinta procedencia socioeconómica, cultural o, especialmente, GENERACIONAL a medida que el País se urbanizaba e industrializaba.

Y hubo varias de éstas que desembocaron en culturas marginales o incluso contraculturas declaradas, que los afectados, los beneficiarios del statu quo, trataron de neutralizar mediante… ¡más producciones de este tipo! (Recuerdo la historia gráfica que publicó Alberto Isaac a toda plana en un diario sobre el infame cine “juvenil” (¿?) de los años ’60, en el cual venerables personajes “de los de (el cine de) antes” moralizaban a los MODERNOS, descarriados y hasta perversos jóvenes de la época logrando finalmente reconducirlos al Bien. Como lo mostraba con toda claridad el autor, el tal cine de juvenil no tenía más que el nombre.)

Así que la farsa -en sentido teatral- que nos unificaría a todos los mexicanos del presente y el porvenir en un permanente y abigarrado cuanto idílico y bucólico –nótese el sarcasmo- cuadro de costumbres “rancheras” (de película), no tiene más existencia real que la efímera de una NOCHE MEXICANA en la que podemos echar todo el relajo que queramos. (Como por otra parte podríamos hacerlo también con cualquier otro pretexto no tan “patriótico”.)

El aspecto serio es que la sistemática CENSURA por parte del Estado y su aparato ideológico, de cuanta expresión cultural emergente no se aviniera al modelo oficial, nos dejó sin alternativas reconocibles para nuestra vida personal y colectiva, con el riesgo de recaer en esa misma IDENTIDAD NACIONAL de pacotilla que tanto nos limitó en el pasado...

Es el RETO cultural que enfrentamos ahora.


Fernando Acosta Reyes (@ferstarey) es fundador de la Sociedad Investigadora de lo Extraño (SIDLE), músico profesional y estudioso  de los comportamientos sociales.

Imagen: obardotrinta.blogspot.com