25 de julio de 2018
Aunque de vocación odontológica tardía, Hayden fue, junto a Harris, uno de los dentistas clave en el despertar odontológico del siglo XIX. En su país natural, Estados Unidos, desarrolló una actividad encaminada principalmente a la construcción de los pilares educativos y asociacionistas, donde se forjaría la futura odontología en un momento que reclamaba un esfuerzo que la hiciera salir de su postración.
El Baltimore College of Dental Surgery o la American Society of Dental Surgeons serían los logros más palpables de este afán que, en buena medida a él debidos, significaron el definitivo resurgir.
Horace H. Hayden nació el 13 de octubre de 1769 en Windsor, Connecticut, en el seno de una familia acomodada de raigambre cristiana, donde su padre, Thomas Hayden, fue arquitecto y hombre de negocios, además de servir al ejército de su país cuando lo necesitó. Igualmente haría su hijo, en 1814, cuando los británicos atacaran North Point, Maryland, enrolándose como sargento en la compañía del capitán Warner’s y siendo reclamado posteriormente para auxiliar como cirujano a los heridos en combate.
Su infancia transcurrió en el ambiente de la Guerra de Revolución. En estos años demuestra un gran interés por la historia natural y sorprende a sus amigos descubriendo objetos de interés en sus excursiones por los bosques. A los diez años comienza el estudio de las lenguas clásicas; a los catorce, como grumete, realiza dos viajes a las Antillas y regresa a la escuela, donde permanece hasta los dieciséis aprendiendo el oficio de carpintero, para dedicarse después al estudio de la arquitectura. Para ello se provee de cuantos libros puede sobre este particular y dejará algunos textos y dibujos que ratifican sus conocimientos.
A los veintiún años de edad embarca de nuevo rumbo a las Antillas en busca de trabajo y lo encuentra en Point à Pitre, Guadalupe; pero, tras breve estancia, un ataque de fiebres periódicas forzará el regreso a su país y aquí permanecerá durante un año, pues de nuevo parte para aquellas islas, aunque por motivos de salud ha de retornar a Connecticut. Durante algunos años siguió su vocación por la arquitectura y a los veinticuatro deja su hogar y marcha a Nueva York, donde permanece durante la primavera y el verano de 1792, pero ha de regresar a su tierra, donde se dedicará durante el invierno siguiente a la enseñanza, en una escuela cercana a Hartford.
Nuevamente vuelve a Nueva York y aquí solicita los servicios profesionales de John Greenwood, de quien pronto se convierte en ferviente admirador. Ahora se interesará vivamente por la odontología, de manera que consigue de tan insigne dentista algunos libros y ensayos de la época que alberga su biblioteca, entre ellos el de John Hunter. A partir de este momento, sin amigos ni fortuna, deja Nueva York y marcha a Baltimore, donde se instala durante el año 1800, anunciándose al público, al que atrae rápidamente por su habilidad y seriedad en el trabajo. Incluso comienza a impartir clases de odontología y, de este modo, se inicia el camino hacia la instauración de la enseñanza reglada de esta profesión.
Museo de Odontología BUAP
Imagen: Composición Sabersinfin.com