17 de julio de 2018
Nació en un hermoso pueblo
llamado Amaxac de Guerrero,
del estado de Tlaxcala…
Lugar donde se escucha
cantar a los pájaros,
con singular alegría…
Donde el agua pura y cristalina
de los ríos corren cuesta abajo,
dándole vida a esa tierra bendita…
En este pueblo de tierras húmedas
y de madrugas frías,
estremecen los enamorados,
para decirse palabras de amor…
Esa es la cuna del amigo y
del hermano llamado:
Caridad Jacinto Hernández Hernández,
lugar donde la naturaleza le dio
el encanto de ser poeta…
Hombre que desde
muy temprana edad
mostró tener facultades
para la escritura y la lectura,
como algo muy natural…
Con el paso de los años
se dejó llevar por su destino,
para navegar en el inmenso océano,
en búsqueda del saber…
De su inspiración escribió
bellos versos y profundos,
que con sutileza tocan
el corazón y el sentimiento
de los hombres…
Dentro de sus obras literarias,
resaltan con majestuosidad
incomparable:
Ofrenda prehispánica,
Mensajes del cosmos,
La piedra, La llegada sublime,
y la más grande todas:
Estirpe humana…
Poemas que fueron como
el viento para un velero,
que son capaces de llevarte
a donde ellos deseen…
Así eras tú Jacinto Hernández,
en tu familia estuviste
hasta el final de tus días
al lado de tus hijos y de tu esposa amada…
Entre tus hermanos ocupaste dignamente
un lugar importante por ser un hombre,
de conocimientos en el manejo
de las ciencias y de las artes…
“Jacinto Hernández”
fuiste un hombre capaz
de romper las nubes grises,
por alcanzar la claridad…
y lo hiciste mediante
el estudio de la filosofía y
en particular de la moral…
A través de tu trabajo
edificaste en ti
una estatua gigante,
que se eleva al infinito
en búsqueda de la verdad…
Hoy hermano mío,
descansas al lado de hombres,
que forjaron su carácter
para el bien de la humanidad…
En su columna del Eterno Oriente
descansa en paz:
Caridad Jacinto Hernández Hernández.
11 de julio del año 2018
Puebla, Puebla.