viernes, 20 de julio de 2018

Breve reseña histórica de la Odontología Legal y Forense (Artículo)


16 de julio de 2018

La odontología forense, la ciencia de emplear la información dental para identificar a una persona fallecida, ha existido desde el siglo primero de la era cristiana. Desde ese entonces, este campo de estudio ha crecido hasta convertirse en una ciencia reconocida a nivel mundial por organizaciones tales como la Sociedad Estadounidense de Odontología Forense.


El registro más antiguo de un individuo que fue identificado en base a un examen dental data del año 66 d. C., cuando la madre de Nerón aceptó la cabeza de Lolia Paulina como prueba de su muerte basada en la decoloración de sus dientes. La práctica antigua de la odontología forense se menciona en la información histórica de la Edad Media. En esta época, los registros dentales fueron utilizados para identificar a John Talbot, un soldado que fue asesinado en la Batalla de Castillón.

Otros aportes históricos que hubo son el de Tácito en sus anales describe la identificación de un cadáver por sus incisivos. En 1775 se hizo el reconocimiento de Joseph Warren, quien murió en batalla, mediante un puente de plata con colmillos de hipopótamo por Paul Reveré, en 1879 fue identificado el cadáver de Napoleón V por su odontólogo.

La odontología legal y forense, nacen a partir del año 1898 cuando Oscar Amoedo publicó su libro, L´art dentaire en médicine légale. En esta obra se recogen de manera sistemática los principales problemas odontológicos relacionados con derechos y también se incluyen una serie de casos judiciales o cuestiones concretas que ya habían sido planteadas ante tribunales. Durante mucho tiempo se partió del ejercicio liberal de la profesión, quedando todos los problemas encomendados a libre entendimiento entre el odontólogo y paciente.



La práctica de la odontología forense fue responsable de algunos de los avances más significativos durante la mitad del siglo veinte. Dos odontólogos forenses (Welty y Glasgow) desarrollaron un sistema mediante el cual los registros dentales podían ser examinados rápidamente con el uso de un sistema de tarjetas utilizadas en un computador. Este invento hizo avanzar significativamente en procesos odontológico forenses, haciendo que el mismo fuera más preciso y fácil de usar. Este proceso luego se perfeccionó a medida que se utilizaba para identificar los restos humanos en un amplio número de desastres a gran escala.

La odontología forense se ha usado para reconocer víctimas de eventos tales como los ataques del World Trade Center en 2001, en los cuales, a menudo, la única parte de los cuerpos que se conservó después de la destrucción fueron los dientes. Si bien las huellas digitales siguen siendo el método preferido para la identificación de víctimas, la odontología forense ha demostrado ser muy útil en muchos casos. Ésta ha sido reconocida oficialmente por la Sociedad Estadounidense de Odontología Forense.

La práctica de la odontología forense tiene lugar para avances en varios niveles. Por ejemplo, los registros dentales sólo se usan cuando los científicos tienen una duda razonable acerca de a quién podrían pertenecerle los dientes. A manera de ejemplo, los especialistas forenses que desean identificar los restos de un cuerpo procedente de un accidente aéreo primero tienen que reducir la lista de víctimas a partir de los nombres de las personas que abordaron el avión. A medida que la ciencia mejora, los científicos forenses podrían ser capaces de comparar los registros dentales de la misma manera que comparan las huellas digitales.

Museo de Odontología de la BUAP.