17 de junio de 2018
De noche y sin sueño medito sobre la vida, la simpleza de disfrutarla, pero lo complicado que es aprenderla; lo tardado que es llegar al clímax de la sabiduría.
Reflexiono sobre la pérdida del sabor de alcanzar algo que has perseguido tanto.
He aprendido a soñar despierta, muy con los pies sobre la tierra, ahí donde tu propósito y destino están asignados, pero tardas tanto en entender que no hay más grande bendición que comprender todo a su debido tiempo.
He aprendido que sin comprensión no hay propósito, ni tampoco destino, y un destino sin amor tampoco es válido.
¿Qué es el amor? ¿Cómo se vive el amor? ¿Quién sabe qué es el amor?
Mientras más pienso en todo ello me queda claro que los años pasan de largo y no nos damos cuenta.
El ajetreo diario nos priva de pensar en todo esto que sí es verdaderamente importante.
A punto de dormir me digo: mañana será otro día más para averiguarlo, por ahora descansa, sueña que mañana será otra oportunidad para amar.
Lisette Soto. Soñadora, alegre, apasionada en todo, amante de los viajes. Escribe sobre la vida.
Imagen principal: vivianceori.blogspot.com