domingo, 17 de junio de 2018

Cuando el futbol no era hegemonía


- La Historia Jamás Contada -

Otra vez como cada cuatro años, se da una especie de ritual que trasciende fronteras nacionales y bloques geopolíticos, pero a diferencia del otro -las Olimpiadas-, del cual es una imitación o adaptación, éste tiene un sabor más mercantil, más de masas. También, mientras aquéllas, sin dejar de ser competencia, son como un muestrario de los logros físicos de la Humanidad, en éste prevalece el chauvinismo: la creencia de que lo propio es siempre superior a lo ajeno y, en consecuencia, este último debe ser derrotado y humillado, acabado si es posible, como en una guerra entre pandillas. Así, aunque materialmente uno y otro exijan la dedicación total de los competidores, su tinte ideológico predominante los identifica como cosas distintas. Sin duda un tema para la reflexión histórico-cultural. (Por cierto, el estudio clásico sobre la relación entre juego y Civilización, HOMO LUDENS, del erudito holandés Johan Huizinga, data aproximadamente de la época del comienzo de los Mundiales.)

Pero en este momento, el objetivo es abordar el futbol -sin acento- en su aspecto ideológico-político, como instrumento del que se valen los Gobiernos para tener controlada a la población y por ello le dedican recursos fuera de proporción con su importancia social.

Que el futbol forme parte del “aparato ideológico del Estado” no está en el juego mismo, pues es exactamente eso: un juego que gusta a unos, disgusta a otros y para otros más es indiferente. Tiene por supuesto una ideología implícita en sus reglas –el futbol ideal- y su forma real de jugarse (la misma discordancia que entre Política y “Realpolitik”) y hasta en su METAFÍSICA, cuyo horizonte son las virtudes –no todas socialmente constructivas- que desarrolla, exige o fortalece en quienes lo juegan. En esto tampoco se diferencia de cualquier otro juego. Cuenta además con una mitología de abundantes héroes y hazañas, que se transforma en folklore –literalmente “saber popular”- entre sus aficionados y que algunos adoptan, junto a su parafernalia, como estilo de vida. Nada tampoco fuera de lo común para el proceso de diversificación cultural propio de las sociedades urbanas. ¿Por qué, entonces, el futbol ha llegado a ser un medio de control “blando” de masas?

Sin que esto excluya explicaciones alternativas, es evidente que el futbol funciona: 1. Como un “lugar común” al que acuden las personas para ser tomadas en cuenta, siendo una forma expedita de salir del anonimato, pero también es: 2. Un espacio para la libre expresión de las más variadas opiniones y emociones. (Los comentaristas deportivos profesionales no hacen más que exagerar esto al grado de lo increíble: “merolicronistas” los llamó alguien.) En el ambiente la gente dice y hace cosas que sus semejantes no le tolerarían en otros lugares y momentos,  siempre que se refieran al futbol, pues a otra cosa le darían la espalda, sobre todo si es Política. (Es interesante y amargamente divertido constatar en la Red cuántos comienzan despotricando contra el Gobierno sólo para acabar hablando de futbol. Es mucho más cómodo que enfrascarse en un análisis racional y fundamentado de los motivos concretos de su enojo. Y además NO requiere de formación académica alguna.)

Cultura de masas, psicología de masas… ¡Esto no es nuevo! Lo mismo sucedía antaño con la lucha libre y las corridas de toros o la mismísima institución arquetípica de todas ellas: el Circo Romano, sólo que en círculos mucho más reducidos. La hegemonía actual del futbol es la de los “medios de comunicación de masas” que la sustentan. Sin éstos y su apabullante variedad y cobertura, el futbol sería un juego más, como antes. Por eso, como los antiguos Césares al Circo, los Gobiernos contemporáneos abastecen generosamente al futbol y los medios que lo “descubrieron”: es nada menos que un SEGURO DE VIDA.

(Publicado originalmente en Sabersinfin el 24 de junio de 2014)


Fernando Acosta Reyes (@ferstarey) es fundador de la Sociedad Investigadora de lo Extraño (SIDLE), músico profesional y estudioso de los comportamientos sociales.

Imagen: mbadeporte.wordpress.com