2 de Junio de 2018
El origen de la menospreciada y ahora, hasta cuestionada celebración del Día del Padre, temo decirlo, es ambiguo pues pueden encontrarse distintas ópticas para adentrarse al tema. Hay los orígenes estadounidenses del que ya tendremos oportunidad de abordar, el origen religioso que me detiene ahora para dar algunos datos importantes legados por la religiosidad mundial y que tanto siguen presentes en nuestro país, a saber, el día de esta festividad era celebrado el 19 de marzo desde la Edad Media donde ya se conmemoraba la paternidad en honor a San José, padre putativo de Jesús, cuya fuerza espiritual en la biblia lo engrandece como hombre modelo, interesado en Jesús y protector de María, digno de alcanzar reconocimiento en los altares. En resumen, como ocurre con muchas otras festividades, los orígenes fácticos puros son inciertos y sobre todo, varían según las tradiciones y costumbres de cada país y región del mundo.
Pero si se trata de sondear los origenes del día del padre que actualmente celebramos, tendríamos que situarnos en las acciones de Estados Unidos pues en aquel lugar existen al menos dos versiones que explican su institución. Primero, la versión popular que indica que ha sido Sonora Dodd, habitante de Washington, la autora de esta fiesta.
Los relatos nos indican que en 1910, Sonora escuchó el sermón dedicado al día de las madres y fue cuando se preguntó por qué no existía una celebración equivalente dedicada a la paternidad, pues ella y sus hermanos habían sido criados por su padre que había quedado viudo muy pronto, dándole la total responsabilidad para sacarlos solo adelante. Sonora empezó a promover su idea e inició una campaña que rápidamente contó con el apoyo de algunas congregaciones religiosas. El primer Día del Padre, según esta versión, se celebró en Spokane, Washington, el 19 de junio de 1910.
Posteriormente la propia Sonora Dodd se encargó de seguir promoviendo su idea para que se celebrara a nivel nacional en los Estados Unidos. Pero tuvieron que pasar varias décadas para que, en 1966 el presidente Lyndon Johnson proclamara la fiesta del Día del Padre, que desde entonces se celebra el tercer domingo de junio. Seis años más tarde, Richard Nixon la incluyó en el calendario como una fecha oficial y permanente.
Otra versión señala que la verdadera artífice de la celebración fue Grace Golden Clayton, de Fairmont, Virginia, pues ella fue la primera en sugerir la idea de celebrar la paternidad en 1908, luego de que una explosión en una mina provocara la muerte de 360 mineros: Clayton insistía que los huérfanos necesitaban una fecha para recordar a su padres muertos.
Sea como fuera, la fiesta hoy se celebra en prácticamente todo el mundo, aunque con toques distintos a los puramente comerciales como el día de la madre. Diferentes voces han señalado que en México, el Día del Padre es una celebración ambivalente. Porque por un lado, el tercer domingo de junio de cada año en los restaurantes y las casas abundan las familias que celebran al "rey de la casa"; sin embargo, en términos económicos la derrama es de aproximadamente la mitad de la que registra el Día de las Madres, y en muchos hogares mexicanos el padre es, muchas veces, una figura ausente.
Como dato interesante que amplia nuestra cultura es justo señalar que México celebra el día del padre en la misma fecha que Estados Unidos, Venezuela, Argentina, Colombia, Perú, Ecuador, Bahamas, Jamaica, Uruguay, Costa Rica, Cuba, Panamá y, no lo creerá usted, Francia.
Por otro lado, Eva Marcuschamer, doctora en Psicología Psicoanálítica, autora de diversos libros y psicoanalista en práctica privada, ya lo declaraba en Milenio:
Yo creo que el Día del Padre —y el Día de las Madres— es un fenómeno principalmente cultural [...] Sin embargo, en ellos interviene, casi invariablemente, la culpa que se siente ante el padre y la madre. Esta culpa tiene muchos orígenes: la principal causa es por la idea inconsciente de "haberles hecho daño"
Esta idea reveladora nos sitúa frente a un fenómeno muy repetido en las últimas fechas: la celula familiar se ha roto, dando pie a un conjunto enorme y lastimoso de recelos que no han podido superar en muchos casos los pendientes familiares que han separado familias y generado conflictos en su interior. Y si bien no todos los casos son así, también es cierto que hablamos de lo que ahora es más usual observar. En un país como el nuestro la figura paterna se asocia a la del personaje del llamado "macho mexicano clásico", abandonador, generador de casas chicas, otra familia, hijos no reconocidos, lo que de inmediato justificaría porque celebramos en mucho menor grado a los padres, que a las madres.
Y mientras las cosas no se modifiquen desde la médula de la sociedad mexicana, el día del padre continuará siendo un mero accesorio en el calendario y las fechas importantes a celebrar.
Christian Escamilla Carrasco es conductor y comunicador del programa: Epílogo y Praxis, que se transmite por la señal y las redes sociales de Sabersinfin.com, sus aportes se extienden a la escritura de artículos y a la realización de transmisiones en vivo, entrevistas y cápsulas en campo.